La parroquia racinguista, acostumbrada a las malas noticias, ha acogido con entusiasmo el retorno de Marcos Álvarez a la que siempre fue su casa. Los mensajes de apoyo se multiplican y contagian al ortegano, que soñaba con volver a Ferrol. La velocidad de la operación sorprendió a propios y extraños. Incluso a él. Su felicidad es indisimulable.
Destila ilusión, esperanza y pasión. Tras su abrupta salida en enero del 2016, León, Boiro y Pontevedra no le acogieron mal. Pero la ciudad departamental siempre será diferente para él. Desde que llegó al club en edad juvenil por recomendación expresa de Stili, actual técnico del Somozas, nunca ha dejado de pensar en verde. Una curiosidad: solía acudir a los entrenamientos en tren desde su Ortigueira natal. Todo el mundo se refiere a él como una persona sencilla, dedicada y extremadamente agradable en el trato. Por algo será.
Lo cierto es que su llegada ha llenado de ánimo a la afición, pero el más emocionado es… el propio Marcos. “Esto es la leche. Pensé que no volvería, pero estoy ilusionadísimo. Nunca me había emocionado tanto con un proyecto. Vuelvo a mi casa. Espero, de corazón, que subamos. Necesito ver al Racing en Segunda B otra vez, me da igual que juegue más o menos”, asegura el extremo.
Álvarez fue el gran protagonista del último ascenso a la categoría de bronce. Rodeado de futbolistas excepcionales, su tanto ante el Laudio en A Malata desató el delirio en una urbe necesitada de alegrías. Aquella temporada fue un paseo para el equipo ferrolano, pero el atacante prefiere hacer un llamamiento a la calma. Habla de una competición “igualadísima”, aunque reconoce que la plantilla está confeccionada para ser “el rival a batir”. “Llevamos el escudo del Racing de Ferrol. Por historia y por todo lo que tenemos detrás, tiene que ser así. Pero sabemos que la campaña es larguísima y que tenemos que competir muy bien cada jornada”.
Los fichajes de Miguel Villarejo, Diego Garrido y Borja Hernández, sumados a las renovaciones de Diego Seoane y Adrián Armental, prometen un buen plantel: “Sabía que el proyecto iba a ser muy ambicioso. Conozco a las nuevas incorporaciones, son de categoría superior. Tenía muchas ganas de aportar lo que pueda para ascender”. Con Villarejo, de hecho, coincidió durante su etapa en la Cultural Leonesa.
Cuando se le pide que lance un mensaje a aquellos que tanto le aclaman, como los más de 8.000 que festejaron su tanto en junio del 2013, es claro: “Solo les digo una cosa: os quiero muchísimo. Tantas muestras de afecto me impresionan. Estoy en una nube”. Agradecido y emotivo. Así es Marcos. Su gran promesa, devolver al Racing al lugar que le corresponde. Empeño no faltará.
Manu Amor (@ManuAmor1) para muchacalidad.com / #FútbolFerrol