🚀 Exhibición blanca en Kazajistán: Mbappé firma un ‘hat-trick’ y el Madrid arrasa (0-5)

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Mbappé anotó un hat trick | RR.SS. Real Madrid

El conjunto de Xabi Alonso se rehace tras el derbi y mantiene su pleno europeo con una goleada sin concesiones en Almaty.

El Real Madrid salió herido de orgullo tras el tropiezo en el derbi y encontró en la Champions el mejor bálsamo. En el Ortalyq Stadion, los blancos aplastaron al Kairat Almaty con un 0-5 incontestable, liderados por un Mbappé demoledor, secundado por Camavinga y Brahim en la recta final.


🔥 Un arranque incómodo y un penalti salvador

El Kairat quiso aprovechar el calor de su público y salió con valentía, presionando alto y generando dudas en la salida de balón madridista. Courtois tuvo que intervenir en varias ocasiones para evitar el susto.

La calma llegó en el minuto 25, cuando Mastantuono fue derribado en el área y Mbappé no perdonó desde los once metros. Con el 0-1, el Madrid empezó a controlar los tiempos y a silenciar el ímpetu kazajo.


⚡ Mbappé, el martillo pilón

El crack francés volvió a demostrar por qué es la referencia ofensiva del equipo. Primero, aprovechó un balón largo de Courtois para firmar el segundo con una definición magistral (52’).

Ya en la segunda mitad, tras una genialidad de Arda Güler, Mbappé completó su ‘hat-trick’ con un disparo seco desde la frontal (73’). Tres zarpazos que liquidaron cualquier atisbo de reacción del Kairat.


💎 Camavinga y Brahim ponen la guinda

Con el partido decidido, Xabi Alonso movió el banquillo y dio entrada a piezas frescas. Rodrygo fabricó el cuarto con una gran jugada personal que remató de cabeza Camavinga (83’).

En el descuento, Brahim Díaz cerró la goleada con un disparo cruzado (90+3’) tras una asistencia de Gonzalo García, confirmando la superioridad abrumadora del cuadro blanco.


✅ Pleno de victorias y golpe en la mesa

Con este triunfo, el Real Madrid suma dos victorias en dos jornadas de Champions y envía un mensaje claro: pese a las dudas domésticas, en Europa sigue siendo un coloso. El Kairat, por su parte, solo pudo resistir hasta que apareció el talento diferencial de un Madrid que se gustó y se reivindicó.

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