Un arranque que hiela la sangre en Balaídos
El Celta de Vigo atraviesa un inicio de temporada para el olvido. Tras caer frente al Elche en el Martínez Valero (2-1), los celestes han igualado un registro que llevaba más de cuatro décadas enterrado en la memoria de los aficionados: siete jornadas sin conocer la victoria en LaLiga.
La sombra del descenso planea sobre Vigo
Los números son demoledores: apenas cinco puntos de los 21 en juego, con seis jornadas sin ganar y un vestuario que no encuentra respuestas. La última vez que el equipo vivió algo parecido fue en la campaña 1982-83, que terminó con el descenso a Segunda División. La comparación es inevitable y la ansiedad crece entre la afición celtiña.
De la euforia europea al desierto de resultados
Hace solo cuatro meses, el Celta celebraba en Getafe su billete para jugar en Europa. Hoy, el panorama es radicalmente opuesto: empates interminables, derrotas que duelen y un fútbol que no despega. La caída libre ha dejado al club en el ojo del huracán, con la grada dividida y la paciencia al límite.
Giráldez, en el punto de mira
El técnico Claudio Giráldez no esquivó responsabilidades tras el tropiezo en Elche:
“El responsable soy yo. No estamos a nuestro nivel y debemos reaccionar ya”.
Sin embargo, la presión sobre el banquillo aumenta, y los próximos encuentros podrían marcar su continuidad en el cargo. El calendario no da respiro y en Vigo ya se habla de “finales” en pleno mes de septiembre.
Balaídos, en estado de alerta roja
El recuerdo de la temporada más negra de la historia del club en 1956-57 sobrevuela los pasillos de Balaídos. Aquel Celta necesitó nueve jornadas para sumar un triunfo, y la estadística amenaza con repetirse. La afición pide respuestas urgentes y teme que el sueño europeo se convierta en una pesadilla liguera.
