El Deportivo se jugará el ascenso ante el Albacete en Riazor, envuelto en una polémica de favoritismos

comparte

El conjunto coruñés se jugará el ascenso ante el Albacete en su estadio, donde se espera aforo completo, mientras que Balaídos acogerá el Villarreal B-Nástic de Tarragona

 El play off de ascenso a Segunda División y las sedes fijadas por la Real Federación Española de Fútbol han sido foco de polémica y diversas críticas en los últimos días, y especialmente ahora lo relacionado con el Deportivo.

Lo cierto es que Galicia fue anunciada como sede en marzo, cuando Deportivo, Racing de Ferrol y Celta B estaban metidos en los puestos de play off. El filial celeste se acabó cayendo en la última jornada pero tanto Deportivo como Racing acabaron la liga regular como segundo y tercero, respectivamente.

 La primera polémica llegó la semana pasada cuando el Racing de Ferrol se vió obligado a viajar hasta Vigo para disputar su partido cuando A Malata también era sede. El Deportivo, por su parte, se enfrentó al Linares en Riazor con un ambiente impresionante a la par que deportivista. Pero lo cierto es que una circular de la Real Federación Española de Fútbol indicaba que la asignación de estadios se llevaría a cabo por el número de entradas solicitadas por los clubes, lo que llevaba al Deportivo a Riazor y al Racing de Ferrol a Balaídos, segundo estadio de más capacidad , para dejar el de menor aforo, A Malata, para el Villarreal B – UD Logroñés.

 Con el Racing de Ferrol eliminado, el Deportivo volvió a ser el club que más entradas solicitó para la final, adjudicándosele Riazor como sede de su partido ante el Albacete. La polémica volvió a aparecer pero, esta vez, en el panorama nacional. El Deportivo se ve acusado de favoritismo al jugar en su estadio pero lo cierto es que tanto la sede como el criterio de asignación se sabía con anterioridad y fueron establecidos por la Real Federación Española de Fútbol buscando seguramente la máxima ganancia económica posible.

 La otra final por el ascenso será en Balaídos y enfrentará al Villarreal B con el Nástic de Tarragona. Como en el partido de semifinales entre Albacete y Rayo Majadahonda o la gran final de campeones entre Andorra y Racing de Santander, no se esperan un gran presencia de aficionados en las gradas. Se ejemplifica así el poco éxito de este formato, que dificulta la asistencia de los aficionados en el partido más importante del año de su club.