Las victorias ante Tudelano y Valladolid Promesas acercan de nuevo a los verdes a tan solo cuatro puntos del playoff. Los de Cristóbal Parralo, suman en febrero siete puntos de nueve a la espera de ver que ocurre con el Extremadura UD, su próximo rival
El mes de febrero está ayudando al Racing a recuperar el fuelle perdido tras un mal inicio de año. Los ferrolanos con sus dos últimos triunfos ambos con remontada incluida, suman en lo que va de 2022 ocho de dieciocho puntos posibles, lo que hace que la diferencia con el playoff se vea con un partido menos a unos asequibles cuatro puntos. Lo negativo para los ferrolanos es empezar los últimos partidos encajando; lo positivo la capacidad de reacción demostrada por el equipo para darle la vuelta al marcador. «Obviamente encajar pronto es una cosa muy negativa ya que el partido se pone muy cuesta arriba desde los primeros minutos y tiene otra muy positiva: hay ochenta minutos para intentar darle la vuelta. Es cierto que es complicado en esta categoría empezar perdiendo, pero el equipo está tranquilo, sin precipitarse de más y generando ocasiones. En los dos últimos partidos tuvimos ocasiones para empatar o ir incluso ganando al descanso. Hay que recalcar eso». subraya David Castro.
Tras dos triunfos consecutivos el Racing espera conocer si finalmente podrá jugar el sábado contra el Extremadura, que por el momento, tiene previsto dejar de competir si el dinero para saldar su deuda no llega antes del jueves. Por su parte el conjunto de la urbe naval, sigue trabajando con total normalidad a la espera de acontecimientos para el choque del próximo sábado que de no presentarse el rival, obtendría los tres puntos por incomparecencia. «Es algo que no depende de nosotros y hay que estar preparados por si se juega o no. Las noticias que nos tengan que dar nos las darán y nosotros tenemos que pensar en que se va a jugar y estar preparados para ello», resalta Miguel Loureiro.
Adecentando el camino
Las dos últimas victorias dan un empujón al Racing tras su crisis de resultados y de nuevo miran al futuro con esperanza, aunque sin ninguna relajación antes de encarar un mes de marzo repleto de encuentros contra equipos de la zona alta como Deportivo, Rayo Majadahonda o Real Unión. «Es una competición con muchas jornadas. Nosotros tuvimos un pequeño bache en enero y otros equipos lo pasaron en otros meses. Al final es muy difícil en esta categoría mantener una línea constante y hacer todos los meses siete, nueve o doce puntos. Cuando pierdes un partido y al siguiente no te salen bien las cosas, bajas ese pelín de confianza de aspectos que vienen muy rodados. Esto es muy largo y queda todavía mucho«, apunta David Castro.
Uno de los aspectos a mejorar para los verdes es su imagen como local en donde tan solo acumulan quince de los treinta y seis puntos totales que ha cosechado el equipo. «Conseguir sacar los partidos de casa es nuestra asignatura pendiente y hacer que A Malata sea un fortín. Creo que para estar arriba eso es muy importante y quizá el calendario nos ha hecho recibir a equipos muy fuertes aquí y eso puede estar relacionado con los resultados. Salimos igual en casa que fuera y estamos deseando que nos salgan bien las cosas delante de nuestra gente para que ellos confíen en nosotros y se consiga un buen ambiente para que el equipo vaya para arriba», añade Miguel Loureiro.
Situación de la enfermería
Durante el partido ante el Valladolid Promesas, Fernando Pumar y Quique Fornos tuvieron que ser sustituidos por molestias. Tras la realización de las pertinentes pruebas médicas, Pumar sufre un traumatismo en el dedo meñique del pie, sin nada roto. Por su parte Quique Fornos, tiene una elongación en el bíceps femoral pero tampoco existe rotura. Ambos están pendientes de evolución para saber si pueden estar el sábado en el choque ante el Extremadura.