HISTÓRICO | Los Arosa vs Racing de Ferrol en cuarta

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Por Jorge Deza para muchacalidad.com   #FutbolFerrol


Tras el empate frente al Compostela, dejando una imagen mucho más cercana a lo que todos los racinguistas desean para esta temporada; en el Racing reina una mezcla de optimismo y alivio. Si el buen camino se inició ante los “picheleiros”, bienvenido sea. Las cosas, eso sí, hay que demostrarlas con hechos. Seguro que no fui el único al que le dejó mejor sensación el Racing del otro día (pese al resultado) que el que venció al Lugo B y al Ourense CF. Si lo que precisa el cuadro de Larraz es encontrarse a sí mismo para saber cual es la ruta, compensa sacrificar un marcador final -que mereció ser victorioso para los nuestros- en favor de ese atisbo de luz entre tanta niebla que parecen haber encontrado los verdes. Queda mucho por hacer, por mostrar y por confirmar. Pero si hay un camino, lo del otro día es lo más parecido a eso.

El Racing sigue siendo débil defensivamente y eso persiste como una no desdeñable preocupación. Pero si los resultados inyectan confianza y refuerzan el sentido de grupo, su actitud, sus objetivos y todo aquello por lo que se lucha; seguro que esa cuestión pasará a ser menor. Ante el Compostela todos vimos que el cielo es más babilónico que astronómico. No es tan lejano. Se puede tocar. Ni los de la apostólica ciudad son la bomba ni el Racing está incapacitado para estar arriba. Veremos el margen de mejora de los nuestros. Si lo del domingo es verdad o solo la centella de la motivación.

El próximo fin de semana se le presenta al Racing un doble reto. Por un lado, intentar ganar fuera de casa. Por otro, visitar a otro de los fuertes de este arranque liguero, porque el maratón no hizo sino empezar. El Arosa. Ojo, Arosa, no “Arousa”. Que la asamblea de ese club decidió hace años (el 24-07-1998, como bien recoge Javier Bouzada en su excelente obra sobre la historia del club arousano) no adaptar su nombre al topónimo oficial de la ciudad a la que representa, Vilagarcía de Arousa. Se votó el asunto (tampoco es que participasen miles de personas en ello, esa es la verdad), hubo 24 socios a favor de que siga llamándose con su nombre original en castellano, 12 a favor de llamarse “Arousa”, 5 votaron en blanco y 4 pusieron en la papeleta la palabra gallega “non”, con lo que constaron como nulos. El Arosa es de los pocos clubs gallegos que aún mantiene su denominación castellana sin ponerla en sintonía con el topónimo oficial de su localidad de asentamiento. Pero lo curioso es que desde mediados de los ochenta la mayoría de los medios de comunicación de Galicia citan a este equipo como “el Arousa” / “O Arousa”, sin duda por una suerte de mimetismo derivado de la galleguización sistemática de los nombres de los equipos que llevan a cabo, especialmente, la Radio Galega y la TVG desde entonces (“O Pobra xoga…” en vez de “O Puebla xoga…”, “O Real Uvieu enfróntase a…” en vez de “O Real Oviedo enfróntase a…”, “O Xetafe perdeu…” en vez de “O Getafe perdeu…”, etc.), mezclando el topónimo oficial de la localidad (Vilagarcía de Arousa) con el nombre de esa asociación deportiva (Arosa S. Cult.). Lo ideal es que estas cosas salgan de los propios clubs, porque no tiene mucho sentido que todo el mundo llame “Arousa” al Arosa menos el propio Arosa. A la espera de que eso suceda algún día si el histórico club de o Salnés lo estima oportuno, si hablamos o escribimos en gallego debemos decir “O Arosa recibe o domingo ao Racing de Ferrol”. Porque “Arosa” es su nombre todavía a día hoy y está en su derecho de llamarse como desee.


El Arosa Sociedad Cultural nació en 1945. Club con solera el arlequinado rojiblanco, aunque lleva un cuarto de siglo alejado del podio de las principales divisiones ligueras. Incomprensible, a mi juicio, en una ciudad que, al revés que otras, no presume todo el día de serlo, siéndolo.

Su techo competitivo lo alcanzó pronto, en la temporada 1949/50, nada menos que en 2ª División. Tiempos de gloria rojiblanca, y de los López Vázquez, Ventura, Besada, Pepe Villar, Prego, Chiarroni o Moncho Cordero. Terminó colista, eso sí, y descendió. Pero esa hazaña quedó en sus anales. En la “división de bronce” (la vieja Tercera más la actual Segunda B) jugó 29 temporadas, la última, como queda dicho, en 1993/94 (descendió a 3ª en la promoción de permanencia ante el Valladolid B). En la actual categoría, la cuarta de la liga española, actúa por 32ª vez. Dos de ellas en la antigua Serie A Regional, en sus dos primeros años de existencia como club.

Jugadores comunes a Arosa y Racing a lo largo del tiempo no fueron pocos. Estos son solo algunos: Outeiral, Tilve, los ribeirenses José María Bello y Suco, Tito Blanco, Manolo Melón, los porteros Juanatey (que solo jugó amistosos en Ferrol) y Luis César, Prado, Zurria, Tatá, Outes, el paraguayo Gaona, Portela, el vilagarciano Ríchard, Luisito el de Catoira, Padín, el porriñés Toni,…

Repasemos ahora los tres choques habidos en A Lomba dentro de la moderna Tercera División. En ellos hubo una cosa de cada. Una derrota por la mínima, un empate sin goles y un triunfo por 2 a 4.

El primer Arosa-Racing de Cuarta tuvo lugar en los comienzos de la liga 1986/87. Para ser exactos, el 28-09-1986, dentro de la 5ª jornada. El cuadro arousano (que no perdió su primer partido hasta la 19ª jornada), con más calidad colectiva y aspiraciones elevadas (acabó ascendiendo a 2ª B beneficiado por la ampliación de la categoría para 1987/88), dominó con nitidez a un Racing chato, defensivo, que solo asomó la nariz con tibios contragolpes sin mucho susto para los vilagarcianos. Bien es verdad que faltó esa pizca de fortuna que en todo plato se requiere para que Chicote no te la monte. Después de haber abierto el marcador el Arosa por medio de Wifredo cerca del descanso; en el segundo período el Racing fue capaz de empatar gracias a un tiro lejano de Javi Montero. Pero al minuto de la alegría era otra vez Wifredo el que con su tiro restablecía una ventaja para el Arosa que ya el Racing ni supo abortar. A perro flaco todo eran pulgas en la peor campaña liguera de la historia verde.

El Arosa posando una semana después de su partido ante el Racing en la liga 1987/88. El jugador que está junto al presidente arlequinado es el hoy entrenador blanquirrojo Rafa Saez.

El segundo Arosa-Racing fue en la apertura liguera de la temporada 1990/91. O 02-09-1990 no hubo goles en el partido de A Lomba. El Racing, dirigido por el recordado Alfredo Pascual, iniciaba la competición con no pocas bajas, y el míster tuvo que echar mano de canteranos: Zaragoza, Franchi, Manel (hoy entrenador del Racing juvenil), Fran Nogueira o Gerardo alinearon en este partido. En el Arosa andaba Ríchard, futuro verde, creando múltiples problemas al Racing con sus centros y su soltura en el área. Los de casa pudieron irse al descanso con dos o tres goles.

En el segundo tiempo la tuvo Gerardo, solo ante el meta Paco (que salvó el gol con los pies), y casi diez minutos después Miguel Ángel, punta racinguista, se fue a la calle por propinarle una patada de campeonato a Javi. En el cuarto de hora final el Arosa se lanzó por la victoria y Manuel Ángel, que había entrado por Bugallo, tuvo dos ocasiones pintiparadas. Pero fue de esas tardes que la pelota no quiere entrar.

Por último, el tercer encuentro en feudo vilagarciano se dio en la campaña 1991/92. Y aquí ya hablamos de palabras mayores. El 06-10-1991 los verdes demostraron sus credenciales para terminar campeones y ascender. El Arosa era el líder por esas fechas, pero sucumbió ante la máquina de los Mario, Manu Miranda, Juanín, Agulló, Luis Alberto, Pazolo, Javi Montero y compañía.

No hubo mucho color aunque al Racing le vino todo rodado. Marcó pronto Pazolo el primero. Después Óscar hacía el segundo en meta propia. Y al minuto 38 el asturiano Mario De la Roca cerraba la lonja con el tercero. El segundo tiempo quedó para la pedrea, en la cual el Arosa defendió como pudo su maillot amarillo con un gol de Javi Aguiar -respondido por el letal Luis Alberto de inmediato- y otro, ya testimonial, de Armental a diez minutos de la conclusión. La gente disfrutó en A Lomba con la calidad del Racing y el tesón de su equipo, el cual encajó el primero cuando mejor jugaba y después puso la guinda con un tanto en propia puerta. Las cosas de este invento llamado fútbol.