LA CONTRACRÓNICA, por Jorge Deza| Velocidad

Joselu y Pablo Rey celebrando un tanto | Sandy López

Visto el choque ante el Céltiga, el Racing sigue siendo un equipo con taras por resolver y una personalidad por definir. Yo estoy convencido que el gran Racing futuro llegará. Pero lo que importa ahora es este “pequeño” Racing que tenemos en el presente. Hay mimbres para un cesto. Noticia de alcance. Pero faltan mimbres para un cesto grande. Hay calidad, pero no tanta, lo cual no es estrictamente grave en una categoría como esta. Hay mucho que corregir y acoplar aún. Pero lo que más se necesita es actitud en mayores dosis y un rendimiento físico más palpable.

Esperábamos este año un Racing luchador, solvente, que pensase solo en ganar. Culpa nuestra. Estamos muy mal acostumbrados después de haber visto la sobrecogedora sesión 2012/13. Pensábamos que esto iba a ser ganar y ganar y ganar. Pero lo cierto es que, salvo contadas pinceladas ante el (flojito) Ourense CF, los (buenísimos) veinte primeros minutos ante el (colista) CD Lugo B y el (cortito) arreón ante el Céltiga FC que valió para ponerse 3 a 2; poco Racing hubo para tanto pollo hasta la fecha. Los dos equipos más fuertes con los que jugamos hasta ahora pusieron en evidencia nuestros problemas. El Somozas nos dio sesión de baño y masaje en pundonor. El Céltiga, tres cuartos de lo mismo. Ninguno de los dos con fútbol brillante. Ni de lejos. Pero supieron (sus entrenadores y sus futbolistas) atascarnos con presión, correr más que nosotros cuando tocaba y trabajar en equipo. Al Somozas, encima, le salió todo, pero lo buscó. Y el Céltiga hasta pudo haber ganado de no ser por un providencial Diego Rivas.

No me disgustó empatar con el cuadro arousano, que quede claro. Es un punto que, si más adelante nos ponemos a ganar de verdad, será hasta anécdota. Me desagradó la forma. Yo a mi equipo lo quiero ver dominante en A Malata. Peleando como se pelea en Tercera. Y no yendo de “sobraos”. Porque así no se gana ni al equipo de la Fundación El Bombero Torero.

Carlos Garcia se faja en el centro campo. Foto: Sandy López / muchacalidad.com

Larraz es metódico y observador. Va conociendo el aroma de esta muy evolucionada Tercera gallega, que nada tiene que ver con la Tercera de campos polvorientos o embarrados (sin término medio), aficiones asilvestradas a pie de barandilla y futbolistas a tiempo parcial de antaño. Aquí ya se trabaja bastante. Se conoce a los rivales muy mucho. Y se pelea como siempre o más.

Se equivocó el aragonés (a mi necio modo de ver) al sacar a Villarejo para dejar tres defensas y a Garrido, que está que se sale, con los calzoncillos en la mano. Una cosa es arriesgar, que es muy loable lo hable quien lo hable, y otra decirle al rival por dónde tiene que hacer daño. Posiblemente, además, debió jugar con Adrián de titular. Porque por dentro carecemos de pase (excepto Pablo Rey) y robo de balón; la baza a exprimir al máximo posible ha de ser aprovechar nuestra rapidez y profundidad por bandas para ganar centros. Así fue el gol de Juan Antonio. Y el de Marcos. Y creo importante no dejar pensar al rival ni darle tanta pelota ni espacio.

Larraz no tiene que plantear los partidos pensando en exceso en los rivales. El entrenador tiene que pensar solo en su equipo. En lo que tiene y en cómo sacarle jugo. Imponer su plan. Mejorarlo en lo pertinente. Y si le faltan piezas, ponerlas en la “lista de los deseos”. Solo así lograremos ser lo que toca este año. No el coco. No el enemigo a batir. No la pera limonera. Sino un equipo de Cuarta bien cocinado, luchador, que saque partido a lo que algunos de sus futbolistas más importantes puedan aportar (Pablo Rey dirección, pase y tiro a puerta; Marcos Álvarez y Adrián velocidad y profundidad; Joselu y Juan Antonio resolución en el área; etc.) y que, con todo ello, pueda llegar a ser todo un suceso esta temporada.

Ver a Marcos Álvarez correr como un cohete por banda, cazando un centro en modo supersónico para marcar, como el otro día; a Pablo Rey dándole excelente uso al balón en el pase y en el tiro… Esas cosas justifican bajar junto al túnel del tren del puerto llueva o caliente el sol. Queremos siempre eso, y de ahí para arriba. Solo así el Racing renace sobre el césped. Con velocidad. Se vio ante el Céltiga. Pero para avanzar en ello y que dé frutos hay que ser equipo todo el tiempo. Jugar más que el contrario. Sacrificarse. Y no ser “banda”, como hemos sido algunas veces.

La liga aún es lozana, muy joven. Pero hay que empezar a ser protagonistas en ella. Cinco puntos con el líder nos instan a empezar a espabilar. Primero en nuestros partidos, gestionándolos mejor. Y luego, en la competición.


Jorge Deza   para muchacalidad.com   #FutbolFerrol