El autobús del Racing partió el viernes al mediodía del estadio de A Malata. La expedición, que se había ejercitado por la mañana en Maniños, echaba en falta a tres jugadores: Pep Caballé (lesionado), Fran Manzanara (sancionado)… y Héber Pena.
Motivos personales, después de días muy difíciles, apartaron al extremo naronés de la convocatoria. La gravedad del asunto familiar que le afectaba aconsejaba que no formase parte de la lista.
Afortunadamente, la situación mejoró con el paso de las horas y Héber, en un ejemplo de profesionalidad y cariño hacia sus colores, tomó una decisión valiente: previa conversación con el club, se subió a su coche particular esa misma noche y arrancó hacia Madrid, donde se concentraba el equipo para jugar al día siguiente en campo del DUX Internacional. Más de 600 kilómetros después, llegó al hotel de concentración y se puso a disposición de Cristóbal Parralo para jugar el sábado.
El once inicial difundido por el club a las 14:46, prácticamente una hora antes del comienzo del partido, despertó la confusión entre los aficionados: Héber no figuraba ni en el banquillo. Las redes sociales comenzaron a elucubrar, pero la realidad era que el atacante sí estaba entre los convocados. Peloteó en el descanso y calentó desde el minuto uno de la segunda parte junto a Viacava y Nathan. En el 64, el técnico cordobés reclamó su presencia y el naronés hizo lo que mejor sabe. Agitó el encuentro desde la banda izquierda, sirvió varios balones de oro a sus compañeros y estuvo cerca de firmar el 0-1 tras una cesión al portero rival.
Sus compañeros le agradecieron el enorme esfuerzo y no le dejaron solo en el camino de vuelta. Seguro que los tuyos estarán muy orgullosos de ti, Héber.