¡Jugón!. Así bautizaba el gran Andrés Montes a aquellos elegidos que lo hacían disfrutar con la pelota en las manos cuando retransmitía cualquier partido NBA.
Los jugones nacen, no se hacen.
Yeremay Hernández Cubas (Las Palmas 2002), nació y se crió en el barrio de El Polvorín en Las Palmas y allí comenzó a desarrollar desde bien pequeño esa personalidad deportiva de jugón a la par que la de cualquier niño de su edad. Lo hizo en un barrio isleño que marcó para siempre su personalidad y en el que el fútbol se entremezcla con los malos hátibos y una delincuencia sobrevenida en demasiadas ocasiones.
Los jugones nacen, pero después se hacen.
A los ocho se enfundó la casaca amarilla de Las Palmas, esa factoría de jugones como Tonoto, Valerón, David Silva , Pedri o algunos otros de menos renombre pero no menos jugones. De ahí a un Real Madrid donde a pesar de su impacto en la La Fabrica, seguramente no supieron hacerlo pero lo cierto es que «Peke», como empezó a ser conocido allí, no encontró en Valdebebas su habitát natural.
El Dépor consiguió atraerlo. Al pequeño jugón, le costó acatar normas y seguir con sus estudios, pero en Abegondo se siente feliz y va quemando etapas. Más lento de lo que la pelota le demanda pero con el camino ya marcado hacia el único camino posible, seguir jugando con una pelota en los pies. El jugón de Abegondo, lo sería para Andrés Montes.