Análisis del Fabril-Racing por Rocío Candal

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La mejoría del Racing desde la llegada de Ricardo López al banquillo es evidente. En los tres partidos que lleva el técnico madrileño, los ferrolanos han sido capaces de sumar un total de cinco puntos. El exportero internacional ha tocado varias teclas y ha encontrado equilibrio y orden en un equipo que antes se descosía y derrumbaba, anímicamente, con facilidad. Sin ir más lejos, en la última jornada consiguió arrancarle un punto a un Fabril que, pese a las bajas y al bache de juego que sufre, sigue en los puestos altos de la tabla. 

Mirando al partido de este domingo en Abegondo, hubo dos partes muy distintas. En la primera, el dominio fue de color verde; en la segunda, blanquiazul. Al inicio, el filial deportivista era incapaz de superar el entramado defensivo que tenía montado el Racing. Con un 4-3-3 como dibujo, los ferrolanos apenas sufrían para frenar al Fabril en los primeros compases. Ordenados e intensos en la presión, los de Ricardo se mostraban más cómodos, con y sin balón. El Fabril no era capaz de pisar campo rival y, cuando lo hacía, lo hacía sin demasiado peligro. Habitualmente empujados por las subidas de sus laterales, los coruñeses no encontraban en este partido la forma de entrar por las bandas ni de generar superioridades o igualdades. Siempre aparecían en inferioridad o en situaciones poco ventajosas. La lesión de Blas, a la media hora, tampoco pareció un motivo menor. El lateral herculino, que lleva buena parte del peligro ofensivo de su equipo, estaba siendo uno de los más destacados en los últimos partidos. Pero volviendo al envite de esta jornada, más que demérito fabrilista, la falta de claridad local era mérito del Racing. Su línea de cuatro, con Aldalur y Nano en los laterales, y Churre y Jacobo Trigo en el eje de la zaga, se mostraba infranqueable. Y solo en un despiste, solo en un centro lateral cabeceado por un Uxío sin marca, se vio en apuros.

Foto: J. Martinez

A la vuelta de vestuarios, el Fabril subió líneas, se hizo con el balón y se asentó en el campo de un Racing que no sufrió en exceso e intentó contragolpear mientras las fuerzas se lo permitieron. Con el paso de los minutos, los visitantes fueron pagando el desgaste físico y no pudieron aprovechar los espacios que dejaba atrás el cuadro loca. En el minuto 66, con el 0-1 aún en el marcador, Gustavo Munúa cambió de sistema. Quitó a un hombre del medio (Martín Bengoa) y dio entrada a otro delantero (el juvenil Pedro), para pasar así al 4-1-3-2. Doce minutos más tarde, Ricardo respondió metiendo a Gonzalo por Pablo Rey, buscando así mayor consistencia en el centro del campo.  Al igual que sucediera en la primera vuelta, los fabrilistas llegaron más enteros al tramo final. E incluso en los últimos minutos tuvieron numerosas ocasiones a través de centros laterales. A  tenor de lo visto sobre el césped, el reparto de puntos pareció lo más justo. 

Las teclas de Ricardo

Si en los párrafos anteriores destacábamos a la zaga racinguista, no fue para menos el trabajo de la gente del centro del campo. La presencia de Joseba Beitia, un mediocentro posicional con buen criterio y de perfil defensivo, liberó a otro más móvil y ofensivo como Pablo Rey. Sin Fran Sota, lesionado a los 20’, entró a escena Aarón Sánchez. Falto de minutos en jornadas anteriores, el coruñés no desentonó, se sacrificó en tareas defensivas e incluso tuvo una buena ocasión desde el borde del área. 

Foto: J. Martinez

Por delante, el novedoso trivote. El experimento de Ricardo con Maceira lo agradece su equipo en defensa y ataque. En una posición más avanzada que la que había frecuentado hasta ahora, el de Mos es un pulmón en la banda izquierda. Al igual que Brais Abelenda en la derecha, apretó arriba en la presión y se mostró voluntarioso para ayudar también más atrás. Pero si hay un futbolista diferencial y sobre el que pivote el Racing en ataque, ese es Joselu. Cuando al de Palmeira lo respetan las lesiones, demuestra, por si alguien tenía aún alguna duda, que está para cotas mucho mayores. Más allá de su gol, que fue lo importante y sirvió a su equipo para sacar un punto, en la segunda parte dejó una jugada de esas que levantan al espectador del asiento. En uno de sus intercambios de posición con Maceira, partió desde banda izquierda a la altura del mediocampo, tiró un caño al lateral y, en acción individual, se prodigó hasta el balcón del área.

Mención aparte, e independientemente del cambio de entrenador, merece Ian Mackay. El guardameta está siendo el mejor activo del Racing en lo que llevamos de liga y también el más regular. Ayer, además de la mano a Uxío, le sacó una falta envenenada a Borja Galán.


Por Rocío Candal @RocioCandal14

para muchacalidad.com #FutbolFerrol