ANÁLISIS | Racing Ferrol – Racing Santander (2-2)

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El Racing de Ferrol, que remontó el tanto inicial de los santanderinos, no pudo sumar finalmente los tres puntos el pasado domingo en A Malata para terminar cediendo un empate tras una desafortunada acción que terminó con un penalti transformado por Peke que supuso el 2-2 final.

El conjunto de Cristóbal Parralo experimentó una notable mejoría con respecto a los últimos encuentros pero acusó en exceso el mal inicio de partido y el manejo del tramo final de la contienda con el marcador a favor y su rival con un hombre menos sobre el campo.

Primera Parte

El partido comenzó con el peculiar saque de centro, golpeando hacia arriba, por parte del conjunto visitante, con el objetivo de plantar su estructura en campo rival, lo antes posible. Logrando con ello, en cuestión de segundos, la primera ocasión del encuentro, en la cabeza de Arana, tras un centro perfectamente medido de Lago Junior.

Un comienzo que provocó en el conjunto departamental, posicionado en su ya habitual 4 – 2 – 3 – 1, salir algo más dubitativo, sobre todo en fase de creación, con numerosas pérdidas, debido al Bloque Alto propuesto inicialmente por José Alberto, técnico del conjunto cántabro. Es precisamente de una falta tras una de estas pérdidas, cuando en el minuto 3, el equipo santanderismo lograría adelantarse en el marcador gracias a Ruben Alves, tras un despiste defensivo considerable de los locales, instaurando el 0-1 en el marcador y con él, el runrún en la grada de A Malata.

Un tanto que sirvió a los de Parralo para en lugar de venirse abajo, comenzar a controlar el partido a través de la circulación de balón, tratando de obtener, mediante ese juego posicional que viene caracterizando a los ferrolanos, los espacios adecuados a través de los que poder progresar. Una propuesta proactiva, donde la figura de Iker Losada como mediapunta, resulta trascendental a la hora de recibir entre líneas, con lo que eso conlleva tanto para sus compañeros (al generar opciones de pase en zonas próximas al área), como a los rivales (obligando sobretodo a los centrales a saltar, para evitar su participación).

Con ello, el Racing de Ferrol fue encontrándose cada vez más cómodo sobre el terreno de juego, obligando a su rival a defender en un bloque considerablemente bajo. Un contexto que no le viene del todo mal a los santanderinos, por la enorme capacidad que estos tienen a la hora de transitar, pero que el plantel de Parralo evitó en todo momento, con un muy buen press tras pérdida ejercido en prácticamente todas las zonas del campo, y donde el doble pivote compuesto (e inamovible en la idea de Cristobal) por Bernal y Señé, resultó clave, a la hora de dar equilibrio a los suyos.

Fue concretamente tras una presión de Pinchi sobre Sangalli, debido a esa intensidad sin balón por parte de los ferrolanos, donde el coruñés con su presión facilitó que la pelota le llegase a Ikere Losada que lograría conectar con Álvaro Giménez, que con un disparo cruzado, batía a Ezkieta, subiendo el 1-1 al luminoso.

Sin duda alguna, un antes y después en el encuentro, y que incentivaría al conjunto local a dar un paso más adelante, instaurándose por completo en campo rival, evitando con ello, que los de José Alberto buscasen ese juego directo, sobre, el recién incorporado Mboula (sustituyendo al lesionado Lago Junior), o Arana, con claridad.

Muestra de ello, fueron los numerosos balones recuperados por la zaga liderada por Jon García, a los pies de Manu H y Ruben Alves, muy condicionados por la presión asfixiante de los de Parralo, posicionados en la salida de balón rival, en un 3 – 4 – 3.

Un contexto, sumado a la lesión del ex-jugador del Mallorca, Lago Junior, que motivó al técnico visitante a modificar su sistema, en fase defensiva, posicionando a los suyos en un 4 – 4 – 2, con las líneas muy juntas (tratando de impedir que Iker recibiese con holgura), retrasando las posiciones de Mboula y Sangalli, y dejando como máximas referencias arriba a Arana e Íñigo Vicente, uno de los jugadores del momento de la Liga Hypermotion.

Pese a este dominio, los de A Malata apenas contaron con ocasiones claras en lo restante de la primera parte. Motivo de ello, es la escasa capacidad, a la hora de ganar profundidad y verticalidad, que cada vez se ve más en los de Parralo con un xG (expected goals) actual de 1.18, tras la baja de Carlos Vicente, y la suplencia en este caso, de Heber Pena.

Y que el técnico cordobés trató de recuperar no solo con la incorporación del extremo coruñés Pinchi, sino también con el nuevo rol del lateral, Cubero. Participando en muchos momentos como un mediocentro más, gracias a su capacidad para conducir y fijar rivales, generando esa superioridad por dentro, que le permitía al ya citado Pinchi, gozar de mayor libertad y tiempo para decidir, al recibir el esférico frente al ex-deportivista, Saúl.

Segunda Parte

Tras la reanudación, la tónica del partido continuó siendo la misma. Con un Racing de Ferrol más dominador, empleando un estilo mucho más combinativo y protagonista, y un Racing de Santander que trataría de dar un paso más adelante, introduciendo poco a poco una serie de cambios, dentro de ese plan de partido propuesto por el técnico de Oviedo, en el que las rotaciones estaban en lo previsto, con el objetivo de dosificar minutos con jugadores como Peque, y que posteriormente saltaría al campo.

No fue hasta el minuto 65, cuando a la salida de un córner (uno de los puntos fuertes del conjunto ferrolano, gracias a la presencia de jugadores como Jon García), llegaría el tanto para los locales, obra de Álvaro Giménez, tras un cabezazo del central vasco.

Un hecho que motivó al técnico visitante, tras la entrada de Peque y Baturina, a modificar la estructura, pasando a un 4 – 3 – 3, con el objetivo de dificultar la circulación de los de Parralo (tras la incorporación de Álex López y el paso de Iker al flanco izquierdo) y sobretodo, tratar de salir de ese bloque bajo, en el que no se acababan de encontrar del todo cómodos, al costarles demasiado robar, para así luego poder transitar.

Unos retoques tácticos que le permitió a los suyos, no gozar del balón, pero sí ser mucho más efectivos, una vez recuperado este, pese a la expulsión de Ruben Alves por doble amarilla; debido en gran parte, a la calidad técnica que atesora el mencionado, Peque, y al posicionamiento de esos extremos bien abiertos y activos (con constantes desmarques como en el caso de Mboula, recién aterrizado del Hellas Verona), fijando a los laterales locales en todo momento.

Sin embargo y cuando parecía que todo estaba decidido, un error individual de Iker, que el colegiado murciano, Sánchez López, decretó como penalti, permitió al conjunto visitante, establecer el 2-2 definitivo prácticamente sobre la bocina. Trayendo consigo un estado de júbilo en la grada de los aficionados desplazados hasta Ferrol, y a su vez, un mal sabor de boca en la hinchada local, que vió cómo su equipo pese a haber sido superior a su rival durante todo el encuentro, (contando con un 61,31% del tiempo, la posesión del balón, y con 4 tiros más a puerta que él), fue incapaz de hacerse con los 3 puntos, una semana más.