El brasileño revive el legado del técnico gallego, figura clave en el nacimiento del Súper Dépor
El corazón del deportivismo volvió a encogerse en las últimas horas después de que Bebeto, uno de los grandes iconos del Súper Dépor, rememorase la relación casi paternal que le unió a Arsenio Iglesias. El ’7’ brasileño, todavía hoy emocionado, dejó una frase que retumba en A Coruña: «Para mí es muy difícil hablar de él… Fue un padre». Así se muestra el brasileño en las redes sociales de La Voz de Galicia – Torre de Marathón @torredemarathon
Un vínculo que nació en el vestuario y conquistó Riazor
Cuando Bebeto aterrizó en A Coruña en 1992, con la etiqueta de delantero que venía a cambiar la historia, se encontró con mucho más que un entrenador. Arsenio Iglesias, el Brujo de Arteixo, fue el encargado de abrirle la puerta del vestuario y de moldear una relación que marcaría para siempre la vida del brasileño.
“Yo triunfé, y primero se lo agradezco a Dios, pero fue él quien me puso a Arsenio en el Dépor”, confesó Bebeto, con la voz casi quebrada. Y es que, para el delantero, aquella etapa no solo le dio goles, títulos y gloria: le dio un hogar. “A Coruña me dio un club, una familia y un padre en el banquillo”, escribió recientemente en redes sociales.
El legado emocional del Súper Dépor
Arsenio sabía cómo llevar a los suyos. Era entrenador, psicólogo, padre y, cuando hacía falta, también un cómplice silencioso. Bebeto y Mauro Silva lo reconocieron públicamente tras el fallecimiento del técnico: “Nos ayudó muchísimo cuando aterrizamos en A Coruña”. El Brujo tejió una familia futbolística que trascendió al césped y que aún hoy define la identidad del club y de su afición.
El brasileño continúa emocionándose cada vez que pronuncia su nombre. Y no es casualidad: el Súper Dépor no se entendería sin esa mezcla de talento sudamericano y sabiduría gallega que Arsenio supo gestionar como nadie.
Un recuerdo que sigue vivo en la grada
Cada vez que Bebeto vuelve a A Coruña, las calles y la grada le recuerdan que su historia con el Dépor está grabada en piedra. Pero él lo tiene igual de claro: «Arsenio fue decisivo en mi vida».
El sentimiento es recíproco. La afición nunca olvidará al técnico que cambió el destino del club, ni al delantero que convirtió sus enseñanzas en goles para la eternidad.
Arsenio, Bebeto y un legado que inspira al deportivismo actual
En tiempos de reconstrucción, el Dépor encuentra en estas historias un espejo donde mirarse. Humanidad, trabajo, humildad y conexión con la afición. Arsenio lo enseñó. Bebeto lo vivió. Y A Coruña lo mantiene vivo.
El Brujo no era solo un entrenador.
