Cheki (AD Miño): «Cuando te dicen que no deberías volver a jugar al fútbol, te quedas frío»

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Una lesión de cadera obliga a Sergio Candal Rumbo «Cheki» a abandonar la práctica del fútbol activo. Lo hará después de una larga y exitosa trayectoria en la que protagonizó cinco ascensos de categoría, el último de ellos esta temporada dejando al AD Miño tras ocho temporadas en la Preferente Norte por primera vez en su historia.

La culpa la tiene una dolencia de cadera en la que todos los galenos consultados por el futbolista han coincidido en el diagnóstico, Cheki no debe continuar jugando al fútbol si quiere conservar la salud. «La verdad que nunca te lo esperas, pero cuando un médico te dice: «No deberías volver a pisar un campo de fútbol», te quedas frío. Al principio no reaccionaba, luego ya en frío decidí pedir otras opiniones y aunque las expresiones fueron diferentes, el diagnóstico fue coincidente.

«Ya el año pasado comencé a notar molestias, pero siempre pensando que era algo muscular, pero este año ya no empecé bien y al final pues, la resonancia que me hicieron ya descubrio un problema importante en la cadera».

Sinembargo, Cheki es uno de esos futbolistas de raza , que apenas ve un balón en movimiento se activa en automático y decidió sacrificar otro trocito de su salud para ayudar al Miño a conseguir el objetivo del ascenso. «La verdad que sí, después de la temporada que estábamos haciendo y viendo que lo podíamos conseguir, decidí seguir y tratar de aportar todo lo que pudiera, sobre todo en este último tramo de la temporada. A base de antiinflamatorios y de soportar el dolor, fui capaz de terminar jugando muchos minutos y ayudando al equipo en todo lo que pude».

Chequi durante su etapa en el Dorneda | Cedida

De las pistas de Meirás (Sada) a Pasarón o A Malata

La trayectoria futbolística del ahora bravo capitán del AD Miño comenzaba en la calle como en el caso de la mayoría de jugadores de la época en la que todavía el fútbol se jugaba por puro placer en cualquier campo o pista polideportiva.

«Jugábamos entre amigos, rompíamos botas, balones, no había nada que nos parase. Hasta cadetes no jugué federado y a partir de ahí ya en el Rayo Sadense juveniles y el filial. Ahí las cosas me fueron bien, recuerdo que con el juvenil marqué más de 50 goles». «Llegamos a jugar por el ascenso a liga gallega pero no lo conseguimos había muy buenos equipos».

El éxito como goleador juvenil llevó a Chequi hasta el primer equipo del Rayo Sadense en la Preferente Norte esa misma temporada. «Si , al acabar empecé a entrenar con el de Preferente y enseguida me dieron la oportunidad de jugar. Recuerdo que marque el primer gol contra el At. Fátima y jugué unos 7 u 8 partidos, el equipo se aguantó y cuando empezamos la Copa de A Coruña fuimos pasando rondas, ya jugaba casi todo y en semifinales también marqué, pero cuando llegó la final contra el Laracha en Riazor fuimos todos convocados y me quedé fuera de la convocatoria, fue mi primer palo duro en el fútbol, creo que pagué el pato como juvenil.»

Cheki en la disputa de un balón | Cedida

El siguiente batacazo para aquel imberbe juvenil que despuntaba por su habilidad, calidad y olfato goleador llegó en la siguiente pretemporada. A pesar de haber cumplido con creces en el tramo final del equipo en la Preferente la temporada anterior, en el club decidían que Cheki no formaría parte de la primera plantilla y debía madurar en el filial. La decisión no sentó nada bien, ni al propio futbolista que se veía con capacidades suficientes ni en su entorno familiar. «Fue una ostia importante, y ahí si reaccioné, mi familia también mi padre que estaba pendiente de mí, decidió que pasara una prueba en la SD Español también de Preferente y allá fui con una mano delante de la otra detrás y sin saber muy bien que pasaría. Fue una de las mejores decisiones que tomé en en toda mi vida futbolística». «Allí encontré un grupo de gente espectacular, un ambiente tremendo y a Francisco Soto como entrenador, ese hombre que ha estado siempre al lado de Quique Setién en Lugo, Betis, Barsa y ahora Villareal. Era su primer año como entrenador y me sorprendió, apostó por mi, me puso en banda y fueron dos años estupendos allí, marque muchos goles y conseguimos mantenernos que era el objetivo». «El segundo año ganamos la Copa de A Coruña, fueron dos temporadas increíbles, aprendí mucho con gente muy veterana que me acogieron de la mejor manera, yo tenía 18 años y recuerdo como me protegían, algo que yo ahora me gusta hacer con los jóvenes porque lo hicieron conmigo. No me gusta meterme en líos pero si veo un veterano que se mete con los chavales, ahí voy a decirle que el chaval no se toca…».

Cheki logró la Copa Coruña con el Español | Cedida

Cara y cruz en Órdenes (ascenso) y Betanzos (descenso)

Hecho ya al fútbol de la Preferente, Cheki recibió la llamada de un entrenador mítico en el fútbol aficionado de la provincia. Juan Cambón había quedado prendado de aquel joven de Sada y lo quería para su proyecto en el Órdenes. «Me llamó, me acuerdo, yo vivía en Sada un pueblo pequeño, pero le dije, pues me la voy a jugar. Así que aposté por ellos y fueron dos años que al final fueron positivos. Es verdad que quizás no me encontré tan a gusto como en el Español, pero lo jugué todo, en banda y creo que hice 10 o 12 goles cada temporada. Era un vestuario un poco diferente y a nivel deportivo el primer año quedamos terceros peleando hasta el final y el segundo año terminamos ascendiendo a Tercera».

Cheki (tercero abajo izquierda) durante su etapa en el Betanzos | Cedida

Sinembargo no fue en Órdenes donde Cheki probó por primera vez la Tercera Gallega. Juancar Fernández lo reclamó para el potente proyecto del Betanzos y Cheki decidió acercarse a casa y cambiar el verde por el colorado de los de Os Caneiros. «No sabía muy bien como me iría, pero decidí acercarme a casa. Entrenador nuevo, competición también y dije bueno pues vamos a ver como me adapto». Empecé bien, pero ya en pretemporada tuve una lesión importante de tobillo que me dejó ko y me costó entrar. Cuando lo hice, no jugué apenas a pesar de que el equipo no ganaba partidos y en el mercado de invierno tuve ofertas de Preferente pero decidí cumplir , soy de los que cuando empieza una cosa le gusta terminarla y me quedé para seguir peleando en el equipo». «Ahí llegó la recompensa, llegó un momento en que Juancar le quiso dar un vuelco al equipo, empecé a entrar y a meter goles y notarme útil. Acabamos el año y fui de los primeros que quisieron que renovara, me sentí muy valorado y decidí quedarme un año más, pero fue un año complicado, con mucha gente joven, yo lo jugué todo me sentí muy bien toda la temporada, pero al final acabamos descendiendo. Era algo que podía pasar a pesar de que teníamos muy buenos jugadores, había equipos de un nivel muy alto en tercera división.

Cheki , primero abajo por derecha, con el Órdenes | Cedida

Ascenso con el Racing Villalbés

Sus temporadas en Betanzos no pasaron desapercibidas en el fútbol gallego y Cheki recibió la llamada del Racing Villalbés para incorporarlo como una de los refuerzos de cara al objetivo de los chairegos de alcanzar al tercera división. «Fue un acierto total, el Racing es un club de una entidad enorme, el trato al futbolista es exquisito y fuimos un rodillo ese año. Fue una buena temporada para mi, además creo que hice 10-12 goles jugando en banda. Al final que damos en un mano a mano con el Bergantiños, el resto de equipos era imposible que siguieran el ritmo, pero ellos pincharon un par de veces al final y quedamos campeones y ascenso a tercera».

Cinco temporadas inolvidables en el Dorneda

El desgaste de tener que viajar hasta Villalba durante la semana pasó factura en el plano psicológico de un Cheki que, a pesar de haber podido continuar disfrutando de la Tercera División con los chairegos, decidía de nuevo acercarse a casa. Así, en la pretemporada de la 2009-10 sonó el teléfono y al otro lado del hilo estaba Jose Manuel Pose, el técnico del Dorneda CF que por entonces militaba en la Preferente Norte, para tentar al futbolista de Sada que no dudó en enrolarse en el nuevo proyecto de los de Oleiros. Una etapa que duraría cinco temporadas inolvidables para Cheki. «Se dio que nos juntamos allí esa temporada un montón de jugadores en situación parecida y a pesar de que empezamos tarde la pretemporada fuimos viendo que teníamos un equipo muy potente para competir por todo». «Pose hizo durante el verano un gran trabajo para confeccionar una plantilla cercana con futbolistas competitivos que vimos que podíamos estar arriba y así fue. Quedamos terceros por detrás de Mesón do Vento y As Pontes y por encima del Betanzos».

«La temporada siguiente el Betanzos se reforzó mucho y aparecieron O Val con un equipazo y el Boiro con jugadores como Changui o Armental. Poco a poco no fuimos metiendo ahí y al final llegamos a la última jornada que nos valía el empate en casa con O Val que también podía ascender ganando. Empatamos y ascenso, increible». «De repente nos vimos en tercera jugando en O Condús contra Pontevedra (les ganamos) o Racing de Ferrol, aquello fue historico, cada semana ibas a jugar a A Malta o Pasarón con miles de personas y frente a futbolistas como Manu Barreiro, Joselu o Dani Rodríguez ahora en primera división, era algo increíble. Aquél equipo moríamos en cada partido, mirabas para el compañero y era…vamos a morir hoy en este campo porque vamos a sacar algo fijo. Hacíamos un piña una familia con lo bueno y lo malo, nos adaptábamos al sufrimiento, exprimíamos nuestras cualidades y al final esos años conseguíamos el objetivo que era la salvación. Fueron años espectaculares y sobre todo por eso».

Once del Dorneda con Cheki (primero abajo por izquierda) | Cedida

De la élite de la tercera división a la segunda regional con el AD Miño

Después de que la etapa en el Dorneda terminase final y tristemente con un descenso, Cheki decidía resetear y buscar volver a disfrutar del fútbol sin la presión de todos esos años y plantearse la incorporación a un proyecto serio y de futuro desde la Seguna Regional con el AD Miño. «La verdad que si, tuve que resetear. Ya sabía que no iba a vivir de esto y me vine a vivir a Miño, me llamó Alberto en verano, tenía ofertas pero dije…palante. Me llamó el proyecto , muy familiar, muy cercano al lado de casa y mi cabeza se centró aquí».

Corría la temporada 2014-15 y Cheki debió resetear y adaptarse un fútbol distinto al que estaba acostumbrado, un cambio brusco, pasando de la Tercera División a la Segunda Regional. «Yo creo que nunca tantas ostias llevé en mi vida, jajajaja…, ahí sí que me sentí yo que me vigilaban». » Me adapté, hicimos un buen equipo con gente de aquí y de la zona de Ferrol y al final subimos con holgura con dos jornadas creo de antelación». El cuarto ascenso de la carrera futbolística del menudo jugador de Sada era un hecho. Pero el fútbol es impredecible y todavía le tenía reservados a Cheki fracasos y alegrías.

Ya en Primera Regional el Miño configuró una gran plantilla y se metió de lleno en la lucha por el ascenso. La temporada colocó a los de Gallamonde como segundos, después de un mano a mano por el acenso directo con el Betanzos, debiendo disputar la fase de ascenso ante el Sofán. «Sofán fue probablemente el palo más grande que pude llevar yo en mi vida». «Sufrimos mucho en el primer partido de la eliminatoria (0-0) pero llegamos vivos a Miño y allí fue más disputado todo y sobre el 60 más o menos nos ponemos por delante y a falta de unos minutos en una falta lateral nos empatan. Nos fuimos arriba con todo por qué el valor doble de los goles nos dejaba fuera y en el 93 nos mete el 1-2». «Fue un chasco importante, lo pase bastante mal».

Sofán y el largo camino hacia Preferente

Cheki consiguió la Copa Ferrol con el AD Miño | muchacalidad.com

El Miño se convirtió a partir de ahí en el eterno aspirante al ascenso, pero sinembargo y a pesar de configurar buenas plantillas cada temporada, el salto a la Preferente no terminaba de llegar. Tuvieron que pasar 6 temporadas más en las que Cheki se convirtió en capitán del barco de Gallamonde y en pieza fundamental para el crecimiento del equipo. En la temporada 2016-17 el Miño fue tercero pero no llegó a disputar la fase de ascenso y a paritr de ahí los diferentes proyectos ligueros no terminaron de cuajar. Entre medias en la temporada 2018-19 , Cheki alzaba la Copa de Campeón de Ferrolterra cuando su equipo derrotó en A Gándara al Galicia de Mugardos en la final del trofeo copero. Con pandemia de por medio, el Miño llegó hasta la 20-21 para ver como de nuevo sus aspiraciones se veían frenadas quedando fuera de la lucha por el ascenso. «Hay que ser honesto, el año pasado fue un fracaso, por mucho que acabamos de primeros en una liga de consolación que no era la nuestra, peleamos hasta el final para meternos en la buena pero no nos metimos, así fue».

Por fin llegó el ansiado ascenso

El AD Miño se hizo con el título de liga y el ascenso a Preferente Norte | Cedida

«Este año se dio todo lo que se tenía que dar». «Llegaron una serie de jugadores que nos dieron el punto que nos hacía falta, el nivel de entrenos fue muy bueno con mucha gente entrenando, incluso los del B cuando había bajas también ayudaron mucho y sobre todo se dio que estuvimos bien en las áreas».

Esta temporada el Miño no especuló, bajo la dirección de Manel Montero en su segundo año en el banquillo, el equipo enganchó el liderato y no lo soltó hasta conseguir el ascenso directo. Pudo lograrlo en la penúltima jornada en Gallamonde pero el Olímpico, que fue el único que aguantó el mano a mano con el Miño hasta el final, aguó la fiesta preparada en Gallamonde en caso de victoria y sacó un empate (2-2) que lo mantuvo con vida. El ascenso pasaba por puntuar en la última jornada en A Grela ante el Ural y así fue. El coliseo coruñés se convirtió en una fiesta después de la victoria del Miño por 1-5 que le daba por fin un histórico ascenso al equipo de los amores de un Cheki que, además anotó los tantos que abrieron y cerraron el marcador, obtuvo recompensa a tantos años de trabajo y sufrimiento por el club de sus amores, consiguiendo así su quinto ascenso y una retirada feliz del fútbol en activo.

«Aun lo pienso ahora y ni en mis mejores sueños me imaginaba que me iba a encontrar con este final, que iba a ser una cosa tan generosa conmigo, fue todo como soñado».

Cheki con la Copa por el título liguero de la Primera Autonómica 22-23 | Cedida