CONTRACRÓNICA | El tobogán continúa

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El Racing sigue subido a un tobogán en la presente liga. Empezó muy flojo, reaccionó bien y se desfondó de nuevo. Según el parte meteorológico parece que remonta, tras ganar en Gijón. O no. Por cierto, con ayudita arbitral lo de El Mareo. Hubo un gol rojiblanco totalmente legal no concedido. Y es que no hay conspiración de los del silbato contra el Racing, por más que solo miremos con lupa errores y defectos ajenos cuando la cosa no va bien.

El equipo verde tuvo y tiene lo justito para mantenerse en una competición muy dura, en una Segunda B preparada para evolucionar profesionalizándose. Si el Racing no se mete en esa onda que viene podría quedar fuera. Tendrá que hacerlo si aspira a regresar a la LFP. Pero ahora solo hay que pensar en llegar a mayo por encima del 16º puesto.

Larraz no pierde los estribos pero se ve condicionado por la necesidad. Y por las carencias de plantilla. Hay jugadores que no rinden lo esperado y otros esperan para rendir. El otro día, en el que el equipo verde se limitó a aprovechar un error defensivo y estar más atento que otras veces al partido; me gustó Joel, y merece más margen de maniobra. Atrás, reconozcámoslo, somos un flan de vainilla, y hay que exprimir recursos. Y dar oportunidades. El técnico zaragozano lo comentó hace poco. Reseteará el equipo si hace falta, su juego y el once, con tal de salir de este berenjenal. El problema no es perder. Es perderse. Cuestión de coco y de actitud. Y, sí, de huevos de corral. 

Sigue el equipo patrocinado por Luckia haciéndolo un poco mejor lejos de A Malata, aunque sin echar excesivos cohetes. A orillas del Sardina, y todo a media luz y megafonía afónica, el Racing ni es fuerte ni emociona. Camina con la pelota en los pies y corre cuando no la tiene. No cosecha porque no siembra. En casa toca una puesta en escena distinta. Y si lo del Pepe Ortiz (y ciertos detalles de Boadilla del Monte) inició algo nuevo esperemos que se amplifique. O cambiamos el tobogán por la ruleta rusa.

Ahora todo punto es importante y el foco está en la cifra psicológica de los 45. Ni hay rivales asequibles ni partidos cómodos, así que, o trabajamos duro o nos metemos a políticos. Una de dos. Currar o vivir del cuento. Aún está lejos lo de la salvación en una tabla igualadísima, y el tobogán pide la segunda reacción del campeonato. Con lo puesto, sin refuerzos de invierno (vino Jon García, pero a saber cómo está y para cuándo).

Lo próximo es de lujo: el Ibiza en Ferrol y el líder Atlético Baleares allá en Palma. Y tiro porque me toca. Si este oscilante Racing, que nunca sabes por dónde va a salir, saca un poquito de solvencia y un mucho de actitud ante los pastificados cuadros isleños podrá coger una ola buena para construirse un futuro en lo que resta de liga.