SILVA SD 0-1 RACING CLUB FERROL
El Racing logró el pase a cuartos de final de la Copa Deputación da Coruña a base de reafirmar la solidez defensiva del mismo cuarteto que mantuvo su área libre de peligros en O Val; mostrar una disciplina sobre el campo llamada a ser sello de la inminente temporada; y sacar lustre al desequilibrio de uno de sus talentos retornados, Marcos Álvarez, que ya lleva dos dianas en este torneo, igual que Pablo Rey y Juan Antonio.
El Racing no tuvo un partido plácido en el sintético herculino. Se suponía al ser un rival de su misma categoría. El calor y la presión de los de Bardanca exigieron bastante a los ferrolanos. Diego Rivas, que volvía a jugar con el Racing once años después, y sus compañeros de área hubieron de emplearse a fondo por momentos. El equipo coruñés, lo mismo que el año pasado en esta misma competición, enseñó brega, buenos perfiles de conjunto y un mucho empuje.
Sin relajaciones, los verdes vivieron bien en el polígono de Agrela con el tempranero gol y supieron gestionar el primer choque complicado con nota más que aceptable. Quizá se acusó un poco el tipo de superficie, en la que el Silva se movió un poco mejor. Se echó en falta un poco más de contenido y argumentos del medio para adelante. Protagonismo en lo decisivo de hombres que, bien compenetrados, tendrán que dar mucho gol (Joselu y Juan Antonio). El terreno, como queda dicho, no se prestaba a florituras ni amplitudes, sino a controlar y navegar con pelea, sistema y paciencia. Y el Racing parece que va a tener sistema. Nadie improvisa más de la cuenta ni está por estar. El concurso aún no es pleno, ni sostenido, ni tiene grandes automatismos. Pero Larraz es buen colocador. No desperdicia césped y va puliendo plantilla con correcciones y propuestas. Al ritmo que esta necesita, según pasan los días.
Victoria buena, trabajada, aleccionadora, que sirve, y mucho, para seguir prosperando.
Espera el Paiosaco, verdugo del Somozas, miércoles en el Municipal de Laracha.
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