El míster de Caranza, que cuenta con una larga trayectoria en el fútbol formativo, asegura que una de sus máximas en el trabajo con la base es la de «formar e intentar ganar».
Salvo un breve paso por el desaparecido Narón Balompie Piñeiros, David Pérez desarrolló toda su trayectoria como técnico en las categorías inferiores del Galicia de Caranza donde ha entrenado desde benjamines hasta el primer equipo juvenil y ejercido durante ocho temporadas como coordinador del fútbol base.
Esta temporada el míster de Caranza se tomaba un año sabático en los banquillos para pasar a ver los partidos desde la grada colaborando como «scauter» en Ferrolterra para el RC Deportivo La Coruña. Sinembargo, circunstancias especiales le llevaban a aceptar la dirección del cuadro infantil de la entidad en el tramo final de la temporada. Un cargo en el que no podía estrenarse en el banquillo por la llegada de la crisis sanitaria del COVID-19.
Tras su llegada y sus primeros contactos con los chicos, el míster asegura que , «no he llegado a debutar en partido oficial pero es un equipo que, por lo que yo vi, asimila muy bien los conceptos. Me preocupa más la mejora colectiva que la individual y el objetivo es ser un equipo equilibrado en todas las líneas».
«Llevo solo unas semanas con ellos, afirma el técnico, que hubo de conformarse con atender a sus pupilos por wsapp y esperar a que todo esto pase. «Mantenemos el contacto por wsapp, les pido que intenten realizar lo que se les pide, aunque sé que es difícil en esta situación».
Con tantos años de experiencia y tras haber entrenador en todas las categorías, David reconoce que el aspecto psicológico resulta también fundamental en el trabajo con la base. «El psicólogo Jaime Villaverde me ha ayudado mucho y las técnicas de motivación me han dado buenos resultados»
Otros aspectos y mejoras resultan fundamentales para su trabajo a día de hoy con respecto a épocas pasadas. Pérez afirma que en los últimos diez años el fútbol ha cambiado «en los medios y en las instalaciones y en la formación y conocimientos de los entrenadores. Por otra parte, no tenemos esos jugadores pillos de calle y la culpa, en ese sentido, es nuestra porque no les dejamos que piensen, que se equivoquen… Les damos entrenamientos muy dirigidos».
Fuente: www.canteragal.es
