Estas disciplinas digitales ya han superado en seguimiento a otros deportes, como el golf.
Aunque el titular nos pueda parecer, a día de hoy, ciencia ficción, lo cierto es que el fenómeno de los deportes electrónicos no deja de crecer. En la actualidad ya son más de 500 millones de espectadores anuales los que maneja esta disciplina digital (prácticamente, ha doblado su audiencia en apenas 6 años). Y las previsiones apuntan a que su crecimiento se mantendrá y puede alcanzar los 600 millones en un par de años. Esto lo sitúa lejos de las cifras del fútbol, que se estiman en unos 3.500 millones de espectadores anuales. Pero es importante que nos fijemos bien en las tendencias para no descartar del todo la posibilidad que planteamos en este artículo.
Los eSports son un mercado heterogéneo. Si bien tienen en común el hecho de realizar competiciones retransmitidas entre profesionales de los videojuegos, lo cierto es que varían según el juego del que se trate. Existen varios géneros, como los MOBA, los “shooters” o los deportivos (por citar algunos). Los MOBA son los que mayor público congregar y, entre todos ellos, destaca League of Legends. La creación de Riot Games superó, en punta de audiencia, los 5,1 millones de espectadores (con el LOL Worlds 2022) y consiguió ser líder en horas consumidas respecto de sus competidores en el universo de los eSports. No sólo eso; también representó un gran activo para Twitch y algunos de sus más reconocidos “influencers”, así como para los portales de pronósticos, que vieron como los apartados relacionados con LOL y sus principales campeonatos eran los más visitados.
Otros juegos no se quedaron atrás en materia de seguimiento. Sus principales competidores alcanzaron picos de casi 3 millones de punta de espectadores. En definitiva, cuando hablamos de audiencias de eSports, nos referimos a la suma de estos eventos. En cambio, en el fútbol varían las ligas y competiciones, pero no la disciplina en sí. Lo mismo ocurre con otros deportes “tradicionales”. Esta oferta variada es uno de los grandes activos de los deportes electrónicos, ya que sus diferentes géneros cubren distintas preferencias de los aficionados, aún teniendo una estructura común. Pero la variedad no es su único, y mucho menos su principal, activo para conseguir estas cotas de audiencia.
La rivalidad con otros deportes
El cambio generacional y el uso de medios más modernos, como las redes sociales, ayudan mucho más a entender su éxito. Por un lado, estamos hablando de un público joven y nativo digital, que ha tenido un alto conocimiento del mundo de los videojuegos y es aficionado a éstos. Estos seguidores van en aumento, ya que se suman nuevas generaciones, y las actuales no dejan de seguir los diferentes eventos. Por otra parte, las redes sociales, como principal vía para conocer la actualidad y visualizar las retransmisiones, representa un modo más flexible, moderno y económico que las televisiones tradicionales, con sus horarios, limitaciones geográficas y sistemas como el “Pay per View”. El carácter ágil, dinámico y emocionante de las competencias es otro de los principales factores.
Por estos motivos, y por algunos otros, varios organizadores de los deportes “clásicos” se han puesto en guardia y han querido tomar algunas iniciativas. El caso más destacado es el del COI (Comité Olímpico Internacional), que alertado por su declive en las audiencias, ya está sopesando incluir a los eSports dentro de sus categorías olímpicas de pleno derecho. Aunque esto no va a suceder en París 2024, lo cierto es que ya se han celebrado (este mismo año) unas series olímpicas de eSports y se espera que la inclusión completa llegue en poco tiempo. Uno de los problemas a los que se enfrentan estas disciplinas tradicionales es que la bajada de audiencia les representa una disminución de los ingresos publicitarios; mientras que el incremento en los deportes electrónicos les permite crear más eventos, más atractivos y con mayor promoción, lo que genera un efecto “bola de nieve”.
En la actualidad, los eSports ya habrían superado en audiencia a otros deportes como el golf (unos 400 millones de espectadores anuales) y se estarían acercando a otros de gran relevancia, como el tenis (unos 1000 millones anuales). El fútbol sigue estando lejos, pero el siguiente paso estratégico en la expansión de los deportes electrónicos es centrarse en Latinoamérica. Y la masa de público potencial en esa región puede representar un importante empujón a estas disciplinas. Por tanto, y volviendo a la pregunta inicial, la respuesta es: a corto plazo, no. Pero en un futuro no tan lejano, no parece estar tan claro.