El Racinguismo Sociológico, la Crítica y el Amor

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Empezaré con una reflexión, ¿es la sociedad que más se autopercibe como tolerante, sin embargo, la que más aversión a la opinión diversa siente? Hemos asistido y asistimos prácticamente a diario al escarnio público de aquel que ose plantear dudas al sistema, al relato oficial.

Considero que, del mismo modo, existe prácticamente más contra opinión que opinión proactiva. Es decir, muchas veces te quedas con las ganas de saber qué propone alguien, pero sí tienes claro en lo que no está de acuerdo. Vale, ¿y entonces?.

Y todo esto me coge aterrizando la idea de que nos hemos enfrentado a un Málaga que venía con la inercia positiva de un ascenso y a un Granada que, viniendo de descender, tiene, quitando al Almería (prefiero no entrar a evaluar de dónde procede ese dinero y en qué operaciones se ven inmersos) probablemente el mayor potencial de la categoría.

Y aunque hemos cosechado un punto, bien es cierto que pudo ser distinto, pero no lo fue. ¡Ay ese palo de Puric ! y las dos de Perea de cabeza…Lo cierto es que, no habiendo sido superados con facilidad y estando la plantilla en consideración de “cuadro”, solo cabe espacio para la esperanza.

Decía Naldo a los periodistas tras el partido que La Malata era una pequeña caldera, y lleva razón: el Racinguismo es un fenómeno social emergente, y hay que ponerlo en valor, cuidarlo y presumir de él. 

Soy de esas personas que no consiguen irse a la cama habiendo discutido, necesito arreglarlo, pero ello no obsta para reconocer que a veces es mejor dejar pasar un tiempo prudencial. Y como en casi todo, el éxito radica en alcanzar el equilibrio que da el término medio, ¡y qué difícil es! 

Dicen que a quien amas debes decirle lo que necesita escuchar y no aquello que quiere oír. Veo diferencias entre animar, apoyar, alentar y la autocomplacencia, el engaño a uno mismo o vivir una peligrosa realidad paralela. No todas las personas se expresan del mismo modo, y hay muchas formas de querer.

Tengo claro que tras la condescendencia suele esconderse el complejo de inferioridad, la inseguridad y en ocasiones, el desconocimiento o desinterés. Y sí, una cosa es ser exigente y otra criticarlo todo sin razón, exagerar o directamente, insultar.

Pero no seamos inmaduros, el profe normalmente no te tiene manía, y no culpes al karma de lo que te pasa por “mona”, del mismo modo normalmente no es que el camarero no te haya atendido porque no le gusta el pelo morado, es que no te ha visto. No me gustan las invitaciones a bajarse de un barco, prefiero a quien no rehúye el desafío de explicar y convencer. Me gusta más el cariño fundamentado que el irracional, lo veo más duradero.

Creo que es correcto aseverar que se vive en la ciudad un momento de crecimiento social en todo lo que atañe al Racing. No hace mucho tiempo había que rebuscar para escuchar un comentario, una opinión o un artículo de prensa sobre el equipo. Una de las consecuencias de crecer es sin duda que puedes ir a un bar y escuchar al camarero hablar de una alineación o departir acaloradamente con tus amigos en un grupo de Whatspp.

Y creo que debemos abrazarlo. Que existan dudas, opiniones, críticas, elogios, exaltaciones del amor, o cuanto quepa dentro del respeto y la diversidad. Del mismo modo que, y lo digo orgulloso, una inmensa mayoría (siempre hay excepciones) del respetable obvia la política y se centra en el verde racinguista, no dividamos.

No es la única reflexión que me sobrevuela hoy, estoy pensando que me gustaría saber si el que me lee considera que una plantilla debe adecuarse al sistema del entrenador o es el entrenador quien debe adecuar su sistema a la plantilla de la que dispone, ¿somos más de Luis Enrique o de De La Fuente?

También echo de menos comprender bien las pinceladas en rueda de prensa sobre la dificultad del mercado, la casi inutilidad de la pretemporada. Me desconcierta el hecho de que jugadores que llegaron como grandes promesas a inicio de mercado ni se vistan de corto y tengan por delante a suplentes del año pasado.

¿Se asume alguna responsabilidad, tras lo de Vadillo y Chuca, por lo de Cabaco? ¿Es lícito preguntarlo o ello nos hará menos fieles?. ¿Se puede opinar de política, religión, historia o educación, muchas veces sin haber abierto un libro, pero no de fútbol?; ¿es que cuando uno paga una entrada para el cine debe salir diciendo que la película fue buenísima, aunque no lo crea?.

Creo que es sano que haya dudas, que se opine. Estoy cansado del manido “sácate el carnet de entrenador”. Perfecto, ¿y si me aburre un libro debo tener otro publicado para opinar?. No sé qué va a ser de los reseñadores profesionales en Google.

Pero ojo, cuidado con las expectativas, que diría Leiva, que aquellos que aman a primera vista y ansían la interacción social o el like a base de mensajitos insistentes y exaltación de virtudes no dudarán en, roto el amor con o sin fundamento, lanzarse a campañas de acoso que bordean el delito. Qué le pregunten a Ander Cantero y su familia. 

Es fundamental que los que nos representan sobre el césped sepan (y creo que lo saben) que siempre vamos a estar ahí, pase lo que pase, alentándoles. Dudo que a un jugador que haya realizado un mal partido le consuele leer que lo ha hecho de maravilla, pero sí el saber que nada es personal, y que mientras vista de verde vamos a volver a intentarlo juntos.

Claro que se puede opinar, eso sí, lo que sucede en un campo, pues una vez pasados por vestuario accedemos a la esfera privada, y eso es sagrado. Me viene en mente la foto del padre y el tío de John Terry haciéndole un corte de mangas por marcar, con el Chelsea, a su West Ham. Seguro que esa noche cenaron juntos, no es nada personal.

Tengámoslo claro, si de algo podemos estar orgullosos es de la reacción de La Malata cuando nos marcan un gol, del apoyo incondicional, y del fenómeno social que vive la juventud ferrolana. Abracémoslo, y abracémonos, que el día de mañana seremos los que seguiremos aquí.