LA CONTRACRÓNICA por Jorge Deza | «Emocionaron»

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Jorge Deza para muchacalidad.com   #FutbolFerrol


Todavía no es fácilmente alcanzable el Bergantiños, pese a que sus derrotas contra UD Ourense y Racing y sus muchas victorias por la mínima (siete) no le acreditan como un líder definitivo. Pero el cuadro de Emilio Larraz, más allá de jugar mejor o peor, parece estar ya en la onda. Tanto es así que el otro día, ante el Barco, ni siquiera el gol con ayuda de la barrera hizo pensar en una derrota ni en dramas semejantes. El tanto valdeorrés fue un accidente y el Racing muestra un semblante más amable por estas fechas. Claramente.

¿Ha cambiado algo o solo es una racha? ¿Hay progresión o es pura casualidad? ¿Ya no necesitamos refuerzos o siguen haciendo falta? La realidad es que estamos mejor que hace un mes. En la tabla alcanzamos al pelotón escapado, dejando al Bergantiños que disfrute unas semanas más su primer puesto. Somos el tercer equipo (junto al propio líder y al Arosa) con mejor coeficiente de goles. Y algo importante: hemos sacado buena nota en nuestro maratón con los considerados fuertes, o rivales directos, o como deseen titularlos. No perdimos con ninguno. Compostela, Arosa, Bergantiños, UD Ourense, Barco.

Que precisamos un extremo zurdo y un organizador es obvio. Y megafonía que se escuche en todo el estadio (repito por si no se leyó bien: en todo). Al menos le dieron un repaso a las líneas del campo. Algo es algo. También sigue siendo perentorio más fondo de armario por lo que pueda venir. Pero declinando noviembre el Racing se defiende en esta liga y la gente se indigna de forma creciente por el trato informativo de algunos medios. El equipo verde sale de fábula en las fotos del mejor fotógrafo de Ferrol (Sandy) y las “peñas” disfrutan sus viajes por la mágica Galicia. Hay jugadores que se han ido centrando o que han ganando confianza y el conjunto lo nota. Y lo vemos. Hay menos miedo, y desbarajuste. La Tercera tiene su aquel pero no muerde y, aunque el Racing por ahora tampoco, ya sabemos de qué va esto. Y estamos donde teníamos que estar, como mínimo, a estas alturas de competición. Asaltar el liderato no solo es una obligación sino que es factible.

Nunca olvidaré los últimos 20 minutos del otro día. La sola entrada de Marcos Álvarez cambió el paisaje para siempre. Su velocidad invitó al equipo a ser fuerte marejada sin contemplaciones, salpicando el spray de salitre por toda A Malata. Y es así como hay que jugar la mayor parte del minutaje. Y es así como hay que matar partidos. Y no dar respiro a rivales que, con tal receta, estarán fundidos en el minuto 60. Porque es Tercera. Así hay que jugar. Con tequila en la boca.

El Barco no fue gran cosa. Me encantó David Álvarez. El mejor de la colectividad venida de aquellas lejanas tierras. No lo digo por su gol de semi-churro de la Bola de Oro, sino por su desparpajo, su sentido del juego. “Futbolistón” el de Palacios de Sil. Pero el Racing, atascado en el primer tiempo con un fútbol “waiting”, “unplugged”, tuvo revulsivo en el segundo y A Malata desnudó su verdad. Y la gozó.

Me alegro por Juan Antonio, que llevaba tiempo sin mojar. Su remate franco de cabeza en el primero y su temple en el segundo los necesitamos más veces. Por Joselu, que marcó un gol muy difícil y está trabajando más de lo que la gente quiere ver. Por Joel, que crece y crece ahí dentro, un poco en solitario, forjándose como un prometedor medio defensivo. Por Marcos, que nunca nos falla, que nunca se esconde, que siempre nos da. Me emocionó el Racing de la caída de la tarde, cuando se lanzó abiertamente, invadiendo el campo con pura rabia ferrolana y tomando el partido por la fuerza. Y todo ello pese al arbitraje de traca, de barraca, de fiesta campestre. Uno más de los que estamos viendo en esta categoría.

Sin cohetes, sin alucines, el Racing ha encontrado un sendero entre la maleza de su adaptación y sus (muchas) cosas (todavía) pendientes. Para salir del laberinto. No hay oro reluciente, no hay pegamento (quien tenga ojos que lea), pero sí pirita de hierro que empieza a brillar bajo el arco iris. Este año nos vale casi todo con tal de llegar al final. Ganar y puntos. Las únicas palabras que queremos leer y oír. Y en ello parece que estamos y esperamos seguir.

Joselu anotó el tanto que suponía el 2-1 ante el CD Barco.   Foto: Sandy López