LA CONTRACRÓNICA | Puntos verdes y puntos rojos

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Jorge Deza para muchacalidad.com


El Racing no logró ningún punto en el arranque de esta liga 2020-21 en Segunda B, categoría que desde la próxima campaña se llamará 1ª División RFEF y que en la presente se nos muestra en formato decreto-ley. Liga, la recién inaugurada, del “si pestañeas, pierdes” o “si te despistas, acaba”. Entre mascarillas, tomaduras de fiebre, alicientes prefabricados y puntos verdes y rojos en las gradas; si la eterna pandemia lo permite, para la 1ª fase el club verde se marca como objetivo estar entre los tres primeros del subgrupo para asegurar la continuidad en la división de bronce, y, de paso, luchar en la 2ª fase por estar en el play-off de ascenso a Segunda División. Habrá que ver cómo funcionan los cuerpos y las cabezas en una competición regular por puntos tan corta, con tan poco margen de error.

El domingo confrontaron a la vera del Sardina dos de los que todo el mundo considera entre los favoritos del subgrupo galaico-leonés del Grupo 1º. El Pontevedra, al que llaman “el bien fichao”, y el Racing, que este año miró al mercado de allende los mares y extrajo lo que pudo (o supo) de la lonja celtibérica, donde el bonito está a precio de caviar, según Mouriz. Dos equipos con buen semblante, con capacidad para entretener y con argumentos para no defraudar a los apostantes. 

Con Tino Fernández en el palco de A Malata y cada abonado en un asiento (provisionalmente) distinto del que venía teniendo hasta marzo, el clásico gallego de las piedras preciosas, esmeraldas y granates, fue apetecible. Unos y otros le pusieron muchas ganas, y más ritmo e intensidad de la esperada. Fútbol muy vivo y goloso se vio en A Malata. Poco en las áreas, pero muy intencional. Mejor el Pontevedra a la hora de contener, de enseñar detalles, de mostrar precisión en el pase, de combinar. Y de cortar de raíz los proyectos locales mientras el colegiado lo tolerase. Equipo más terminado y preparado para la guerra, el del Lérez. Mejor el Racing cuando afloraba el sabor tropical de hombres como Peñaloza o Elsinho. Cuando el juego verde deje de ser un pin-ball y la bola circule más bonita va a hacerse notar, porque hay madera en muchas botas. Y Yeferson Quintana, ese pedazo de uruguayo que apunta maneras de intratable defendiendo por alto y que no escatimará esfuerzos para dar mucho aire a algo que no se ve en el Racing en años: remate oportunista y poderoso de cabeza en área contraria. Marcó dos goles para debutar en Europa y en el primero de ellos vio, se acercó, voló y le dio mate charrúa y carbón de Peñarol al portero visitante. Tardes y noches vistosas se aventuran con el brutal defensa de Bella Unión.

Dani Abalo ante dos defensores del Pontevedra | Bruno Penas

Pero el equipo ferrolano tiene mucho que ajustar a la hora de defender. Mucho que trabajar para ser un campeón contra las manchas. Diego Rivas tiene que dominar más su área, salir a por el balón más, imponerse cuando la pelota sobrevuela sus dominios. El buen meta naronés tiene que transmitir confianza a sus compañeros. No hacerlo crea incertidumbre y problemas. Eso sí, los goles del Pontevedra, a los que no hay que restar mérito alguno, vinieron de acciones en las que los laterales fueron muy vulnerables. A Seoane le dieron más que problemas. Y a Pumar no muchos menos. Los granates están más espabilados, más cocinados. Llegan a la apertura liguera más compenetrados. Al Racing, en cambio, aún se le ve con los andamios. La fachada está quedando bonita, pero aún la tapan las lonas de colores. Se vieron en el equipo de Ferrol trazos y momentos de calidad mezclados con imprecisiones. Ruído y silencio en la grada. Arreones en las disputas sazonados con dudas. Ánimo y serenidad en la concurrencia. Se vieron ganas siempre. Arriba y abajo. Y rabia en los fallos. Buena señal. Pinta bien ver al veteranísimo e ilustre David Rodríguez acompañando a Joselu arriba. Porque para estar en las alturas de la mini-tabla subgrupal hay que meter goles, pisar mucha área y montarla allí. Cuanta más madera más fuego. Y hay madera. Además de esto, estamos deseando ver al lesionado Dani Nieto, uno de los fichajes importantes este año. ¿Llegará a entrar a tiempo?

No hay tiempo para las contemplaciones. Esta liga es como un partido en campo de hierba artificial. No hay respiro. Hay que enseñar mucho los dientes, y siempre, porque la competición acaba de empezar y ya está terminando. Que no tarde mucho el necesario acoplamiento de un conjunto de futbolistas que pueden y deben conseguir el primer objetivo: estar entre los tres primeros.