De las plazoletas de la Real Villa de Pontedeume extrajo el ex futbolista y entrenador Manel Fernández una diamante en bruto para llevárselo envuelto en papel de seda hasta los campos de A Malata allá por la temporada 2011-12.
En la villa eumesa había nacido un niño tímido, reservado y lleno de talento con una pelota en los pies. El equipo de su pueblo, el Eume Deportivo, le dio la oportunidad de comenzar a desarrollar su talento junto a otros compañeros en sus equipos de base y a partir de ahí, el Racing de Ferrol se encargó de verlo crecer desde los infantiles hasta llegar al primer equipo para transformarse en el jugador talentoso en que se ha convertido hoy. Entre medias, en el Manuel Candocia tuvieron la fortuna de verlo pasar por una etapa crucial en su formación como futbolista, curtiéndose en una tercera gallega que terminó rindiéndose a la calidad del de Pontedeume.
La hora de la verdad
La pasada temporada, a la tercera fue la vencida, llegó para Luisito la hora de la verdad. Cristóbal Parralo decidía que aquel diamante en bruto debía pulirse sobre el verde de A Malata. El trabajo, la perseverancia, la paciencia y su calidad, hicieron el resto. «Luisito» Chacón se convirtió en Don Luis y dejó boquiabierto a más de uno, tiró la puerta de una patada y se coló por derecho propio entre los mejores.
Luis Rodríguez Chacón (2000), ha pasado de un status de valoración para la prestigiosa web transfermarkt de 50.000 € en diciembre de 2022 a duplicar su valor a día de hoy hasta los 100.000 € y de no tener representante a compartir agencia (icmstellar.com/es) con Eduardo Camavinga, Jack Grealish, Jeremy Pino o Unai Simón.
Ahora ya como futbolista profesional, ha llegado para él la hora de la verdad en lo que no tiene que ver con lo que pasa en el verde. El fútbol tiene otra cara, lejos del césped cuando ya no se trata solo de la pelota (que también). Firmar un contrato no resulta complicado, negociarlo ya es harina de otro costal.