Más problemas para Cristóbal Parralo: Pumar, pendiente de pruebas

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El Racing afronta el tramo final de la primera fase en condiciones precarias. Por si el castigo físico derivado de diez días de confinamiento (con ocho jugadores positivos en COVID-19) y el varapalo anímico sufrido en O Vao no fuesen suficientes, Cristóbal Parralo acumula más problemas en forma de lesiones y sanciones para el próximo duelo ante el Guijuelo. El colombiano Juan Peñaloza fue expulsado en el tiempo añadido y, como el propio técnico cordobés, que vio la tarjeta roja por protestar, cumplirá castigo el domingo. Además, Yeferson Quintana todavía no ha podido reincorporarse al grupo y Quique Fornos, que no completó la cita contra el Coruxo, también apunta a ser baja. El central pontés afirmó en la mañana de este jueves tener “síntomas parecidos” a la lesión que sufrió en enero en Pasarón. En aquella ocasión se perdió el siguiente encuentro en Zamora, y reapareció tres semanas después en la derrota frente al Salamanca.

Todo apunta, para colmo, a que la castigada línea defensiva perderá a un efectivo más para medirse a los jamoneros: Fernando Pumar. El lateral zurdo dio positivo en COVID el pasado 2 de marzo, a la par que Pep Caballé, Bruno Rivada y Javi Rey, aunque a diferencia de estos tres últimos no recibió el alta médica a tiempo para viajar a Vigo. El jugador ourensano ya se había reincorporado a los entrenamientos, pero en la sesión de este jueves sintió un pinchazo en el sóleo y, según confirmó el propio club a este medio, está pendiente de pruebas que determinen la gravedad de la dolencia. 

En caso de confirmarse, la de Pumar sería otra ausencia notable para Parralo. El lateral está siendo una de las notas más positivas de la temporada: su velocidad, profundidad y capacidad de repetir esfuerzos dotan al Racing de un arma más en ataque por el costado zurdo. Su puesto es el único de la plantilla que no está doblado, aunque el central Bruno Rivada conoce perfectamente la posición y apunta a ser su reemplazo.

Foto: Fernando Pumar en una acción ante el Pontevedra en A Malata | Bruno Penas