Podría seguir con “el verano se acabó” pero ya bastante duro se está haciendo este cielo gris de agosto y la incertidumbre de lo más importante de nuestras vidas, mas allá de lo que importa, el Racing.
¡Hablemos de adaptación, coj… ya! Y bien, ¿de qué hablamos cuando hablamos de adaptación? Cuando uno gana el partido ya está adaptado y sin embargo cuando pierde, ¿faltan automatismos?
Corría el año 2010 y Aira introducía un concepto, el de la ansiedad. Y yo que no sé para qué quitan filosofía del cole si luego vamos a estar todo el día dándole vueltas a conceptos abstractos.
Ahora bien, dato mata relato y el día doce de agosto de dos mil veintitrés el Racing Club Ferrol, como le llaman ahora, o Racing de Ferrol, como le llamábamos antes, se presentó en Elche, en el campo de un recién descendido, con Lucas Boyé de delantero y con seis titulares que debutaban con la verde.
En aquella convocatoria, además, había trece jugadores que debutaban en Segunda División, y diez que debutaban con el club, al que se uniría Álvaro, once.
La semana pasada frente al Granada de Lucas Boyé el Racing presentó seis novedades con respecto del año anterior. Doce en total en la convocatoria.
Pero es que en este caso no hay un solo jugador, mas allá de Puric y Naldo, que ha jugado en Primera, que debuten en Segunda, todos tienen experiencia en la categoría.
Si establecemos el tiempo como criterio diferencial en el rendimiento futbolístico habría que introducir dos variables en dicha ecuación; una, que ello aplica a todos, entiendo, el tiempo pasa igual para cualquiera, ¿no? Y, en segundo lugar, ¿cómo se explica que la temporada anterior el rendimiento de la primera vuelta fuera de ascenso y la segunda de descenso? ¿la marcha de Carlos Vicente? ¿fuimos Benjamin Button y el tiempo operó en sentido contrario?
¿Y si resulta que es la calidad, y no el tiempo?, o al menos el tiempo sin más. ¿No era el fútbol un lenguaje universal? O es que cuando eres bueno, ¿no hay adaptación que valga? O quizá esto no es una ciencia cierta y todas son correctas.
Creo que hay que hablar más de fútbol y menos de intangibles. Pues bien, hemos pasado de Estudio Estadio al Chiringuito. Del Gol en las Gaunas a la madre de Mbappé.
Pero yo sigo queriendo fútbol. Me interesa saber por qué juega uno en lugar del otro, o por qué este sistema o aquel no. Y valoro a los periodistas que lo hacen, que los hay y muy cerca, y que plantean dudas de fútbol, aunque luego les respondan con algún topicazo, si es que les responden.
Cuando un club pierde jugadores por valor de veinte goles y veinte asistencias, y sobre todo cuando sabe con mucho margen que ello va a suceder, el golpe es duro, si, pero previsible. Y es ahí es donde debe verse la mano de la dirección deportiva y la secretaría técnica.
Nos quedan todavía dos días de mercado, así que mantengamos la fe en ese sentido. Ahí está Vallejo, prometedor cuanto menos.
Acabo dándoos una primicia, si ganamos los próximos tres partidos, ya estaremos adaptados. Y si no, pues no. Sencillo, que no fácil.