OPINIÓN | Demasiado Corazón

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Jugadores del Racing de Ferrol celebrando | Foto: Diego Simón para muchacalidad.com

Entre murallas y en neta inferioridad. Cómo si de Cartagena de Indias se tratase, con pata de palo y un solo brazo. Y que poco faltó. El Caribe nunca se rindió sin intentarlo ¿verdad, Edgar?

Los que lloramos en Vigo con el sol de frente y el corazón encogido, sentimos ayer un pellizco especial. Una suerte de deja vu. Muchos nos fuimos a la cama cantando “orgullos de nuestros jugadores”.

Nos cansamos de repetir que el problema no eran los resultados, en Ferrol encajamos mejor que Rocky Balboa, sino las formas. Pierde, pero no te arrastres. Ver a Gorostidi correr cincuenta metros entre rivales. Jose, ¿qué te pasa? Nada, estoy cortando cebollas.

El otrora “Anfield Carro” teñido de verde y con un sold out al que se le veía un poco el cartón. Una afición entregada a la causa de un grupo que parece haberse enamorado a primera vista.

Errores aparte, este equipo ha conseguido lo que parecía imposible. Sumar a todo el mundo a la causa. Cuando escuchas a Carlos Vicente decir que pasó en el Racing sus mejores años intuyes que muchos de estos chicos acabarán igual.

Álex, lo has conseguido. Pase lo que pase. Chapeau.

Y qué decir del entrenador. Don Pablo López. Sus años de universitario ferrolano no fueron en vano. Educación, preparación, saber estar. Nos representas. Porque el deporte es eso: ganar, perder, levantarse y dar siempre la mano. Zalaya, ¿te animas a dar una clase en algún cole?

Queremos que llegue el viernes para rompernos las manos a aplaudir. Sabemos que llegarán semanas duras, derrotas y hasta fracasos. Pero lo haremos juntos.

Ferrol no pide ganar. Si fuera así, seríamos del Barça o del Madrid. Ferrol exige resistir. Llevan décadas esperando vernos caer, y aquí seguimos. Distintos. Unidos. Orgullosos.

Ayer se perdieron tres puntos, pero se ganó mucho más: la promesa imborrable de que os dejaréis la vida por el escudo, y nosotros la garganta por vosotros.

Ya lo dijo el mítico DeVille: demasiado corazón, demasiado corazón.

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