Estamos voltando

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El ascenso del Pontevedra a 1ªRFEF tiene muchas lecturas, en su gran mayoría positivas, pero si algo deja claro es que, tras la nefasta temporada pasada y varios años sin un proyecto deportivo definido, es momento de decir que estamos voltando

A golpe de Lunes y con los ánimos mas relajados, es momento de reflexionar y pensar cómo ha sido la temporada de un Pontevedra que, pese a ir a remolque del Adarve desde la primera jornada, ha sabido sobreponerse y lidiar con la presión de ser el favorito del grupo para alzarse como campeón, consiguiendo el objetivo marcado desde el día uno de la pretemporada de esta campaña 21-22.

Inicio dubitativo

El Pontevedra forma uno de las plantillas más competitivas de toda la categoría para luchar el ascenso, las cosas no salen según lo previsto y el club termina militando en una nueva y peculiar división llamada 2ªRFEF que, en otras palabras, viene siendo la cuarta categoría del fútbol español. Si esta historia te resulta familiar es por que la pasada temporada has seguido los pasos del naufragio granate en el último año de la 2ªB tal y como la conocíamos.

Es importante tener en cuenta estos antecedentes para comprender que, tras no ganar en las cinco primeras jornadas de liga en esta temporada, los aficionados granates comenzasen de nuevo a temerse otro fracaso de temporada, llegando a pensar que el declive podría ser tal de mandar al equipo a la 3ªRFEF, algo que sería demoledor para un club diseñado para unos objetivos bien distintos.

Y es que no fue hasta la jornada 6 cuando el Pontevedra logró su primera victoria, frente al Marino de Luanco y con un contundente 0-3 fuera de casa. El equipo jugaba bien y la gente lo sabía, pero la impaciencia llevó a muchos a no confiar en el proyecto de ascenso de esta temporada debido a los resultados cosechados en esas primeras cinco jornadas. A partir de la victoria frente al Marino, todo comenzó a cambiar.

A la caza del líder

Y es que el equipo se repuso de ese mal inicio, logrando cuatro victorias consecutivas que lo llevaron a la zona alta de la tabla, donde el club merecía estar. Tras caer en campo del líder y empatar frente al Navalcarnero, el cuadro de ángel logró una de las mejores rachas de las últimas temporadas, encadenando 9 jornadas sin perder, seis de ellas siendo victorias para los del Lérez, que se consolidaron entonces en la segunda posición como candidato para desbancar al Adarve, en aquel momento líder.

A partir de aquí, el equipo sólo pensaba en conseguir ese primer puesto, que comenzaba a verse posible tras ganar al propio líder en Pasarón en una de esas grandes tardes de fútbol que quedarán para el recuerdo de esta temporada. Gracias a los resultados y a la irregularidad mostrada por parte de los madrileños en la segunda vuelta, el equipo logró ponerse en primera posición por primera vez en la temporada tras vencer al Avilés en una gran remontada en Pasarón el 10 de Abril.

Sin embargo, el liderazgo volvió a los madrileños tras empatar el cuadro lerezano en A Lomba la siguiente jornada frente a un Arosa que se jugaba la vida con Luisito, ex técnico granate, como entrenador. Con ese resultado el Pontevedra afrontaba las cuatro últimas jornadas como cuatro finales, y la victoria frente al Langreo junto al tropiezo del Adarve le devolvían a los gallegos el trono del grupo I de la 2ª RFEF.

Ascenso consumado

Sólo tres jornadas por delante y los granates dependían de sí mismos para conseguir ganar la liga y ascender a la 1ªRFEF, por lo que la situación era la más favorable de toda la temporada, ya que por una vez el equipo no dependía de resultados ajenos y podía pensar única y exclusivamente en ganar los partidos que restaban de temporada.

Y la buena racha se extendió al campo del Ceares, colista del grupo que no le pondría las cosas fáciles a los de Ángel, que lograrían llevarse los tres puntos para afrontar las dos últimas jornadas con la necesidad de conseguir 4 de 6 puntos en caso, eso sí, de que el Adarve hiciera un pleno de victorias que obligase al Pontevedra a no perder ninguno de los patrtidos, pero los madrileños, una vez más, volvieron a pinchar.

Y fue este domingo, mientras los granates jugaban delante de más de nueve mil personas en pasarón, cuando el Adarve caía por 2-0 frente al Marino de Luanco, aquel equipo asturiano con el que el Ponte cortaba su racha de cinco jornadas sin ganar a principio de temporada. Resulta curioso que, por una vez, los asturianos jugaron un papel positivo en beneficio del cuadro de la ciudad del Lérez, que gracias a ese resultado sólo tuvieron que empatar su encuentro frente al Salamanca para, a falta de una jornada y de forma virtual, consumar un ascenso que les devuelve a la tercera categoría del fútbol español. Estamos voltando.