Emilio Larraz apuesta por los equipos serios, compactos y ordenados. Aquello de no recibir goles, como a casi todos, le encanta. Y el Racing ha cumplido con la máxima en sus dos primeros partidos: ningún tanto en contra y ocho a favor, que se dice pronto. Tras la contundente goleada ante el O Val en dieciseisavos (0-7) y el meritorio triunfo cosechado frente al Silva en octavos (0-1), el Paiosaco espera en la antepenúltima ronda de la Copa Diputación.
Las reformas que se efectúan a marchas forzadas en su campo, A Porta Santa, obligan a trasladar el duelo al vecino Municipal de A Laracha. En este caso, la competición favorece al equipo ferrolano: actuará ante un cuadro con el que se verá las caras en octubre y en un estadio que también tendrá que visitar. Una prueba ideal para testar el poderío del conjunto verde.
La duda es saber cuántos cambios introducirá el técnico maño en el once. La acumulación de partidos obliga a Larraz a variar de protagonistas, aunque su plantilla -de tan solo 15 futbolistas- tampoco da pie a muchas sorpresas. Carlos García, Armental o Sanmartín, que partieron desde el banco en A Coruña, podrían ser de la partida en el inicio. La participación de Catú, que arrastra un pequeño golpe, está en el aire.
En caso de vencer, el cuadro naval se vería las caras en semifinales ante un conjunto de inferior categoría: Orillamar o Boimorto. Sería el último paso antes de llegar a la gran final. Las posibilidades de jugar en Riazor, por cierto, se reducen con el paso de los días. Pese a que así estaba previsto por la Deputación, las obras acometidas en el recinto herculino dificultan la acogida del choque.
Manu Amor (@ManuAmor1) para muchacalidad.com / #FútbolFerrol