VERDE QUE TE QUIERO VERDE | Racing Club Ferrol: El Proyecto

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La gestión de proyectos, o Project Management —y permítanme ser brutalmente enfático, haciendo uso si necesario de violencia verbal, en mi oposición a la sobre utilización de anglicismos innecesarios— se compone de hitos predefinidos que marcan su ciclo de vida. 

Estas fases son esenciales para mantener el foco en el objetivo final y asegurar que el proyecto se complete a tiempo, dentro del presupuesto y cumpliendo con los estándares de calidad deseados.

El Racing de Ferrol contemporáneo puede ser comprendido como un proyecto en sí mismo, con diversos actores involucrados —o «stakeholders» para los detractores en Linkedin de la lengua de Cervantes. 

En este contexto, podemos identificar varios roles clave:

  • Propietario del Proyecto: Ignacio Rivera, a menudo citado como «el jefe» por Carlos Mouriz, es claramente el propietario del proyecto, aportando visión y recursos.
  • Equipo de Dirección: Compuesto por Jorge Silveira, Antonio Castelo, Manuel Ansede, Fernando-Matías Wirz, José Manuel Chamorro y Tino Fernández, este equipo define la estrategia y supervisa la dirección global del proyecto.
  • Gestor del Proyecto: Carlos Mouriz, quien actúa como la figura central en la ejecución y gestión diaria del proyecto, asegurando que se cumplan los objetivos establecidos.
  • Equipo del Proyecto: Incluye a todos los empleados del club, desde jugadores hasta el personal técnico, quienes son responsables de llevar a cabo las actividades necesarias para alcanzar las metas deportivas y organizativas.

Además, los clientes de este proyecto somos nosotros, los aficionados, mientras que los interesados incluyen a las empresas que, de algún modo, sostienen o apoyan al club.

Fases del ciclo de vida del proyecto

Aunque no me detendré en la fase de iniciación —dada la talla y experiencia de los empresarios involucrados, sería pretencioso por mi parte analizarlo—, es relevante mencionar que la fase de planificación se expuso con claridad tras el ascenso a Segunda División. Ignacio Rivera, en una entrevista conducida por Manu Amor, señaló que este ascenso implicaba la autosuficiencia económica y subrayó que el objetivo final es ascender a Primera División.

Nos encontramos ahora en plena fase de ejecución, habiendo el señor Rivera, en la citada entrevista, clarificado algunos hitos planificados, como las mejoras en el estadio (focos, asientos) y el desarrollo de la Ciudad Deportiva. 

La comunicación es un elemento crucial en esta fase, y debe ser clara, concisa, transparente, honesta, y orientada a la acción. Creo que la comunicación del Gestor de este proyecto aúna todos esos ingredientes.

Sin embargo, la reciente rueda de prensa del pasado viernes por parte de Carlos Mouriz me dejó una impresión distinta. En lugar de la proactividad habitual, observé una postura reactiva e inminentemente dependiente de factores externos, como la acción del Concello o la ausencia de patrocinio del estadio por parte de Abanca. 

No voy a detenerme en valorar la acción histórica de la función pública ferrolana o su foco o proyecto de ciudad, ya que creo que es una de las pocas cuestiones en las que existe unanimidad y sería flagelarnos sin necesidad ya el lunes a primera hora.

Sin embargo, se plantearon cuestiones sobre la gestión de riesgos y dependencias del proyecto, sugiriendo que algunos factores de bloqueo, como la falta de recursos o la gestión de dependencias, que podrían estar afectando al desarrollo del mismo.

Factores de bloqueo y reflexión

Entre los factores de bloqueo habituales en la gestión de proyectos se encuentran la falta de recursos, problemas de comunicación, riesgos no gestionados, y limitaciones presupuestarias. Utilizando mi humilde experiencia gestionando proyectos en distintos continentes, aunque a una escala infinitamente menor, me temo haber inferido que estos desafíos están y se hacen cada vez más presentes.

El Concello de Ferrol ha sido presentado no solo como un actor relevante, sino casi como un proveedor fundamental, lo cual despierta interrogantes sobre la dependencia hacia esta entidad y si es apropiado esperar de ella la financiación de ciertos aspectos que, en mi opinión, deberían corresponder al club. ¿Un autobús o unas duchas se deben financiar con dinero público? Permítanme la crudeza, pero si hemos de elegir entre ello y desbrozar el rural, creo que todos elegiríamos lo mismo siendo serios.

Y, tristemente, si debemos trazar una línea de correlación entre la capacidad económica del Concello ferrolano y el músculo del proyecto, nuestro lugar no será nunca esta Segunda División de ciudades que superan el millón de habitantes, clubes que pertenecen a bancos o directamente dopados con dinero proveniente de dictaduras que se pasan por Derechos Humanos por donde usted está pensando.

Con todo, confío en la capacidad de los gestores involucrados para navegar estos desafíos y mantener el enfoque en los objetivos establecidos. A pesar de las dificultades coyunturales, estoy seguro de que prevalecerá la estrategia a largo plazo sobre las complicaciones inmediatas.

Seamos realistas, tenemos una suerte bárbara de estar en estas manos. Yo prefiero jugar en regional con Rivera que en la Champions con un príncipe saudí, llámame loco. Y sí, estar en Segunda es para dar palmas con las orejas, y yo las quiero seguir dando.