Experiencia, desborde y gol. Eso firma el Racing con Dani Abalo (Vilagarcía, 1987), un trotamundos que ha decidido, después de pasar por Portugal, Turquía, Bulgaria y Polonia, retornar a su Galicia natal siete años después. Su última temporada en el Langreo -31 partidos, seis goles- relanzó a un futbolista sin peso en Cartagena. Tras rescindir su contrato con el club blanquinegro, Abalo competirá con Adrián Armental y Marcos Álvarez por un puesto en la banda derecha.
Pisó la Primera División, con el Celta; la Segunda, con el Nàstic, el Alavés y de celeste; e incluso la Champions, defendiendo al Ludogorets. Fue, de hecho, uno de los héroes de la histórica participación búlgara en la máxima competición continental. Nada más aterrizar, dos dianas suyas en la vuelta de la fase previa ante el Slovan Bratislava valieron un billete hacia la Liga de Campeones. En fase de grupos, se enfrentó al Real Madrid y marcó dos tantos contra el Liverpool -campaña 2013/14-.
Rafa Sáez, actual técnico del Arosa, fue una figura clave en su formación. Dani creció en el Vilagarcía SD, al que retornó tras un breve periplo en la cantera del Pontevedra. Siendo todavía juvenil firmó por el Xuventude Cambados, de Primera Regional. Allí deslumbró a Sáez, por aquel entonces entrenador del Celta B: «Tanto a Javier Maté como a mí nos llamó la atención en un partido de selecciones comarcales. Al año siguiente le hicimos un seguimiento exhaustivo. No había dudas: teníamos que ficharlo».
En principio, el Celta lo incorporó para su Juvenil A en el 2005. Le bastaron diez partidos para demostrar que la División de Honor se le quedaba pequeña. «Lo subimos automáticamente al filial. Era un chaval con mucho desparpajo. El hecho de ser juvenil y competir en categoría regional lo curtió antes. Me acuerdo perfectamente de su debut, frente a un Melilla con José Antonio Anquela como entrenador. Hizo tres goles aquella campaña. Fue titular toda la recta final. Era un rayo, con un desequilibrio brutal en conducción», recuerda Rafa. En aquel Celta B coincidió con Joselu, con el que se reencontrará el día 15 para comenzar la pretemporada.
En diciembre del 2006, con solo 19 años, Fernando Vázquez le hizo estrenarse en Primera División en Son Moix. Destapado como uno de los grandes talentos de A Madroa, la entidad céltica no dudó en hacerle contrato profesional y blindarle con una cláusula de 10 millones de euros. Su velocidad maravilló en Balaídos durante cinco cursos. Todo comenzó a torcerse en el 2012. Cedido seis meses al Nàstic, retornó para ser condenado al ostracismo por Paco Herrera. Todavía restaba un préstamo al Beira-Mar luso para romper definitivamente su vinculación con el Celta.
Ya como agente libre, la propuesta del Ludogorets le sedujo más que ninguna otra. En la modesta localidad de Razgrad, de apenas 33.000 habitantes, hizo historia. El cuadro búlgaro había ascendido a Primera en el 2011 por primera vez. De la mano de una potente inversión, ganó varias Ligas y se clasificó para la previa de la Champions League en el 2013. Dani, con los dos tantos anteriormente mencionados contra el Slovan, fue uno de los artífices del salto a la fase de grupos.
Encuadrado con Real Madrid, Liverpool y Basilea, el Ludogorets fue capaz de empatar ante los reds y vencer un encuentro contra el equipo suizo. En la igualada frente a los ingleses (2-2), Abalo fue el autor del 1-0, una diana que pasará a los anales del club. También goleó en Anfield, al marcar el 1-1 en el minuto 91. Steven Gerrard hizo el 2-1 en el 93.
El Sivasspor otomano fue su siguiente parada. Apenas duró seis meses. En enero del 2016, se unió a un Alavés que conseguiría el ascenso a Primera División con Manu Barreiro en sus filas. Dani pasó inadvertido en el éxito colectivo. Después de un curso en el Korona Kielce polaco, el Cartagena le reclutó para volver a España. Otro año gris, tras firmar por tres campañas, y cesión a un Langreo en el que ha recobrado la ilusión: seis tantos en la brillante temporada del conjunto asturiano, habitual en la parte media-alta de la tabla pese a su condición de recién ascendido.
Ahora, el extremo derecho regresa a Galicia para deleitar con su fútbol en A Malata. «Puede ser un buen colofón para su carrera deportiva. Más allá de la categoría, siempre lo da todo, siempre está supermotivado. Transmite mucho a la hora de jugar. Físicamente se conserva muy bien, no hay más que verlo. Hace un gran vestuario, es un chaval sensacional, un triunfador», asiente Rafa Sáez. Ferrol espera el resurgir de Dani Abalo.
Foto: UP Langreo