Tino Seoane #FutbolFerrol
Acudí a Caranza con la esperanza de ver un buen ambiente, y un buen espectáculo de fútbol, pero con dudas, porque las cosas se podían haber hecho mejor desde la gestión. Error. Me fui con la alegría de constatar que el fútbol modesto en Ferrolterra está muy vivo. Lo que vi, en el terreno de juego, y fuera de él, ha sido increíble. En mis años en el Galicia de Caranza, los mejores del club posiblemente, y que fui afortunado de vivir en primera persona y contarlo a través de la web oficial del Galicia, con el club organizando campeonatos de España en juveniles, infantiles, etc.….con el Galicia ascendiendo a juvenil liga Nacional, el cadete a división de honor….nunca, nunca vi Caranza con tanto público. No sólo era la grada llena prácticamente, sino que todo el contorno estaba repleto. Así que una sensación de satisfacción, pero un pequeño sinsabor porque las mil personas que habría en la grada, con una buena gestión podrían haber sido dos mil. Tranquilamente. En todo caso, ganó el fútbol modesto y se prestigió la categoría. Me lo decía un buen amigo, Popo, jugador del Narón: “no recuerdo un partido de segunda con este ambiente, habría que remontarse a finales de copa….y aun así”. Estas palabras, en boca de uno de los jugadores más veteranos del fútbol ferrolano, resumen un poco el sentimiento de lo que se vivió.

En cuanto al partido, voy a dar mi opinión. Sólo la mía, la de un espectador que además no presume de conocimientos técnicos. Y habrá quien no esté de acuerdo. De hecho, alguien me decía ayer que el partido había sido malo. No puedo estar más en desacuerdo. El partido lo tuvo todo, incluso para un espectador objetivo como yo: emoción, intensidad, garra, dos estilos completamente diferentes, cada uno igual de efectivo, cada uno con sus armas. Un Valdoviño que quería el balón, que tuvo el balón, y un Perlío, cómodo defendiendo, a la expectativa de cualquier error del rival para montar rápidas contras, y sabiendo que el juego a balón parado era una baza a explotar. Y dos aderezos: un arbitraje excepcional. Solo puedo darle una nota al colegiado: un 9,90. No le doy el 10 porque no existe la perfección. Excepcional, hacía mucho tiempo que no veía un arbitraje tan completo. Pasó desapercibido por completo, y mira que el partido se las traía. Daniel Barrera Lourido. No lo conozco, pero demostró ser un árbitro de categoría superior, muy superior. Muy bien auxiliado en bandas, por Pablo Bustabad Gomes (asistente banquillos) y Raúl Acebo Bustabad (asiste.nte grada) Enhorabuena, de verdad. Y, por último, las gradas. Qué gozada. Caranza repleto. Y encima, una afición del Valdoviño, en minoría, pero bulliciosa, y una afición mayoritaria, la del Perlío, que tuvo el gran detalle de despedir a los suyos con aplausos. Merecidos.
High Lights | El partido fue grabado en alta calidad por LFM Fútbol
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Y resultó que el Valdoviño fue mejor, mucho mejor. Y resultó que el Perlío, líder en todas y cada una de las jornadas disputadas, fue, en palabras de su gran entrenador (mención aparte la grandeza de Chechu durante toda la temporada): “una pena que hayamos jugado hoy uno de nuestros peores partidos”. Y es que, desde el principio, se vió a un Valdoviño superior, sobre todo por bandas, como temía el propio Chechu en la previa. Y es que por las bandas comenzó el Valdoviño a ganar el partido. Tanto Daza como Borja fueron un peligro constante. El primer gol, minuto 23, hizo justicia a lo que se estaba viendo sobre el terreno de juego. Es más, el resultado se antojaba corto. Curiosamente, cuando mejor estaba el Valdoviño, un error defensivo permitió a Ismael hacer el gol del empate, minuto 30. El gol hizo daño al Valdoviño que perdió el control del partido. Así hasta el descanso.
En la segunda mitad, otro inicio explosivo del Valdoviño, y otra vez por bandas desbordaba a un Perlío desconocido. Y así llegó el dos a uno, 2-1. Minuto siete. Simón en una gran jugada por banda derecha. Otra vez las bandas. Daza asiste, Berto no puede rematar, el balón llega a la otra banda, a Borja que asiste a Simón, que remata. Las bandas del Valdoviño ganan. Resultado que hacía justicia. Quedaba tiempo, y se esperaba la reacción del Perlío. Que si algo había acreditado a lo largo de la temporada era capacidad de reacción. Pero no llegó. Entre otras razones, o quizá la principal, porque el Perlío fue incapaz de generar ocasiones, ni siquiera con el juego directo. Utilizando un eufemismo, el Perlío se ausentó en la segunda parte. Es más, un Valdoviño que se dedicó a especular a partir del segundo gol, tuvo opciones para aumentar el marcador, y si no lo hizo fue porque Rafa, portero del Perlío estuvo espectacular, el mejor de su equipo con diferencia. Y así hasta el final.
Un final explosivo, con los jugadores y aficionados del Valdoviño celebrando en el campo el triunfo y el ¿ascenso? Cuando todavía queda una jornada para el final. Algunos criticaban ese exceso de triunfalismo. Creo que son muy injustos. El partido tenía la transcendencia que tenía, la que en muchacalidad.com le dimos, y la que todos presuponíamos: aficionados, técnicos y jugadores incluidos. Lógico que celebraran con efusividad el triunfo. Queda una jornada, partido contra el San Mateo, y lo saben, pero eso será la próxima semana. Ayer tocaba celebrar la victoria. Una victoria muy importante. Y lo saben. No definitiva. Pero seguro que eso también lo saben.
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