La contracrónica por Jorge Deza | Arenas y cales

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La liga regresó a A Malata sin muchos cambios. Excesivo cemento. Las mismas humedades. Los mismos baches en los abiertamente mejorables aparcamientos del Sardina. Los mismos asientos gris tubería con fósiles de pipas y chicles para disfrute de arqueólogos y amantes del misterio. La misma calidad sonora de la megafonía, solo audible para los tribunos (los de Fondo y Preferencia son plebe). Se respira ya, en resumidas cuentas, pleno ambiente de liga made in Ferrol tras el rompedor arranque de As Somozas. El nuevo tiempo va llegando en el Racing a poquitos. A ver si las cosas empiezan a emprender el rumbo anunciado con decisión y algo más de velocidad. Y que el espectador, sea tribuno, patricio o gladiador, lo vaya viendo. Confiamos plenamente en ello.

De la cosa competitiva, victoria de penalty y gracias. El Racing, que cuenta con 17 hombres mientras hablamos, sigue a la búsqueda de su personalidad en el campo, de su sello de garantía. Lo encontrará, y quizá fuera de la ciudad, que diría Battiato. Queremos pensar que todo lo bueno irá tomando forma a su tiempo, porque aún acaba de empezar septiembre. Sin embargo, esta temporada lo único importante será cumplir el objetivo único por mucha o poca tinta que lleven los sellos.
Visto el choque contra el Ourense CF (equipo chato, anodino) el cuadro de Emilio Larraz (también chato y anodino en el primer tiempo) necesita jugar menos metido atrás. Con su línea defensiva en el centro del campo o casi. Sacar partido, una y otra vez, a las prestaciones que hombres como Marcos Álvarez o Adrián Armental pueden o deben dar por los extremos. Se tiene que poner de moda el balón a la banda, velocidad en la entrada hacia la línea de fondo, centro y remate. El tiqui-taca español murió en Rusia 2018. Además, ahora hay estatura para el cabeceo a puerta. Hay dos elementos para ultimar en las áreas, Juan Antonio y Joselu. Nútreseles con balones centrados desde línea de fondo, no con pelotas colgadas sin convicción desde la meseta central, que siempre ganarán las defensas rivales.
Falta un refresco para Pablo Rey en la tarea de organización del centro del campo, porque el domingo, sin él, el Racing eran once individuos andando con el balón sin brújula ni concierto. En el medio falta potencia y pase. Hay ilusión (Joel), argumentos a desarrollar si hay criterio (Borja, Carlos García), pero falta auténtico liderazgo, jefatura, peso, cuando no está el señor Rey-Cabarcos. Somos muy pesados con lo de los dichosos fichajes que faltan por hacer (y eso que aún no hemos visto en liga al chaval Léo Paulino y al recién llegado Pau Bosch), pero es evidente que tienen que arribar más jugadores si deseamos ser muy competitivos y aspirar a lo máximo. Un lateral derecho, un extremo izquierdo (que no hay) y un medio centro organizador es lo que anhelamos para el corto o medio plazo.

Foto: Javier Otero


No gustó el Racing del primer tiempo ante los ourensanos porque destapó sus carencias de plantilla. Fue la de arena, si es que la arena es mala. Carencias de plantilla más que que de jugadores, incluso. El propio Emilio Larraz me cuentan que lo dijo en la fiesta que la Peña Morandeira organizó el viernes en su sede. Tuvimos una pretemporada atípica, con pocos efectivos todavía hoy y un comienzo del trabajo un poco tardío en relación a los demás. En mi vida pasóme, como diría una amiga mía asturiana, le faltó añadir al bueno de Larraz. No es rara una pretemporada atípica en el Racing de los últimos años. Lo típico es lo atípico. Mítico. Pero en esta campaña, con tipismos o con mitos, no puede haber fallos. Y la afición está en su derecho de exigir lo que quiera porque esto es Cuarta. Exigir a un Emilio Larraz que, dicho sea de paso, sabe perfectamente lo que tiene, lo que quiere y lo que necesita. Y exigir a unos jugadores que son profesionales y que pueden y van a dar mucho más en el campo.
Gustó más el Racing del segundo tiempo. Esta fue la de cal. Claro, ya estaba Pablo Rey, asistido de manera personalizada en la banda por Fran Beade momentos antes del descanso para su puesta a punto. Pablo entró con monedas, nadie tenía suelto, y empezó a meterlas en la máquina buscando la especial. Y Marcos vio ricas cerezas sin cesar y empezó a correr como un missil banda-línea de fondo poniendo música a su paso. La conexión de los viejos rockeros estaba en marcha. El Ourense CF empezó a declinar ante tanto rock y tanta cereza, a sufrir y a perder tiempo y a hablar con el árbitro sobre las velutinas. Y el hispalense Carlos García se sumó a la fiesta de un centro del campo más aliviado y asentado. Y el otro hispalense Juan Antonio y Joselu empezaron a ver caer el maná sobre sus cabezas. No mojaron los “J”, todo fue una ofensiva en fase de crecimiento, indudablemente entusiasta (y también atropellada), con puntos ciegos aún y alguna descoordinación propios de una plantilla preñada de novedades. Pero el equipo del segundo acto se aproximó un poco a lo mínimo que la hinchada de A Malata desea ver este curso. Ese es el camino, compañeros.

Eso sí. El Racing tiene que ser mucho más ambicioso en el campo. Aprender a hacer de la presión sobre el rival un hábito saludable. Robar la pelota sin miramientos. Tiene que haber hambre de balón cada minuto. Somos de la Cuarta y aquí no vale el postureo. El que no corre, anda, no vuela. Y el que anda no gana. Ir a por el gol siempre es lo que toca si te llamas Racing y llevas en el pecho una cazuela laureada de casi 99 años. Nada de echarse atrás sin justificación ni tener la pelota en actitud contemplativa más de lo debido. Necesitaremos muchos goles y muchos puntos si queremos ser campeones esta temporada. Y eso mismo piensan en Santiago o Carballo, que no son mancos.
El Racing tiene que ganar agresividad en el césped. E insisto. Jugar al ataque. Defensa más arriba, ensayando el fuera de juego mil veces, achicando espacios y no dando margen de maniobra al contrincante. Juego por los extremos sin cesar. Volvemos con lo mismo. Ensanchar campo, jugar mucho más por fuera que por dentro. Y mucho más en una Tercera División en la que predominan los terrenos de juego pequeños. Remate, tiro a puerta y que los medios estén muy atentos al rechace defensivo, y que lo hagan a la distancia adecuada, no a veinte metros del suceso. Pretender ir de jugones, tocando y tocando en campos diminutos contra rivales que saldrán a morder contra el “histórico”, me temo que nos atascará más de una vez y eso tendrá traducción directa en lo único que nos importa en 2018/19, que son los resultados y la clasificación. Ese Racing, en definitiva, insistente que queremos, que a fuerza de constancia y éxitos acabe jugando con confianza y soltura, llegando con facilidad al área y marcando casi siempre; es lo que pretendemos acabar viendo a lo largo del campeonato.

Diego Garrido y Catú, trabajaron en el anexo. Foto: muchacalidad.conm


Por todo lo mirado hasta ahora (bolos de pretemporada y dos partidos de liga) tiene que espabilar el centro de la defensa. Garrido y Catú necesitan ponerse un poquito las pilas. Y Diego Seoane, muy cooperante, no debe descuidar su colocación. Y si sube con espacio por delante, no frenarse, que no hay radar. Los laterales no están mal cubiertos con el jienense Villarejo y el ourensano. Pero que brillen en sus rendimientos dependerá en gran medida de la puesta en escena de la retaguardia toda. Del modo de defender, y del lugar en el que hacerlo. De la forma de ayudar. Y de ayudarse.
Joselu y Juan Antonio son perfectamente compatibles para un 4-4-2. Pero el de Ribeira no debe estar de falso extremo zurdo, salvo que circunstancias puntuales del partido lo exijan. Trabajó bastante bien por el lado izquierdo en el flojo primer tiempo verde. Pero al crack de Palmeira lo queremos en otras tareas y localizaciones. El sevillano, por su parte, es bregador, se desenvuelve bien de espaldas a portería y va siempre a por el balón. Cuando esto empiece a funcionar con la fluidez deseada celebrarán, uno y otro, muchos goles.

Si un día de estos llega el extremo zurdo que necesitamos esos propósitos se verán más cerca, porque por el otro lado está bien cubierta la misión si se juega como corresponde. Y cuando tengamos ese otro medio organizador, el balón volará y andará con mejor criterio. Como el que puso sobre el tapete Pablo Rey el otro día para arreglar una tarde sin brillo que terminó bien.
El domingo repite como local el Racing. Será ante el nuevo colista, Lugo “B”. Veremos los progresos.

Jorge Deza   muchacalidad.com     #FutboFerrol