Un inicio demoledor que silenció a las rojiblancas
El conjunto celeste salió a morder desde el pitido inicial. Apenas se habían acomodado las colchoneras sobre el césped cuando Toubes, con su velocidad endiablada, dejó en evidencia a toda la zaga visitante. Regate, sangre fría y golazo para abrir un marcador que ya no tendría freno.
Las madrileñas, que en la pasada campaña se habían ganado fama de equipo rocoso y difícil de batir, parecieron un espejismo en Vigo: sin ideas, sin intensidad y con una defensa más que generosa con los errores.
La grada estalló: de la protesta al festival
La hinchada local pasó de la indignación —tras un penalti no señalado sobre Tati Barcia— a la euforia total en cuestión de segundos. El Atlético apenas inquietó a la portera celeste con disparos inocentes y tímidos intentos que se quedaron en nada. La ocasión más clara, una escapada de Norniella, acabó en un remate alto que desató la desesperación visitante.
En cambio, las chicas de Vicky Vázquez jugaron con una calma insultante: defensa firme, bandas imparables y una María Figueroa que manejó los tiempos con autoridad en el día de su cumpleaños.
El KO llegó en seis minutos fatales
Tras el descanso, el partido se rompió de forma definitiva. Primero, una jugada a balón parado dejó el esférico muerto en el área para que Tati Barcia lo fusilara sin piedad con una volea imposible de detener. Acto seguido, una combinación eléctrica entre Nara y Nogueira terminó con la delantera escapándose sola y ajusticiando a Merino con un disparo seco al palo corto.
En apenas seis minutos, el Atlético quedó en ruinas y el marcador reflejó lo que ya se veía en el césped: un abismo entre ambos equipos.
Mensaje a toda la liga: en A Madroa no se negocia
El 3-0 final es mucho más que una victoria. Es una declaración de intenciones. As Celtas no solo se coloca líder provisional del Grupo 1 de Segunda Federación, también manda un recado claro: quien quiera ganar en A Madroa tendrá que sudar sangre.
Las celestes demostraron carácter, fútbol y pegada. El resto de rivales, avisados quedan.