El sorteo de la Copa del Rey ha dejado un emocionante y complicado reto para el San Tirso, equipo de la Preferente gallega, que se medirá ante el Espanyol, un histórico de Primera División.
Este duelo destaca como uno de los más llamativos, ya que el modesto club gallego tendrá la oportunidad de enfrentarse a un rival de élite en una de las competiciones más prestigiosas del fútbol español. El San Tirso sueña con dar la campanada y protagonizar una de esas sorpresas que tanto emocionan en el fútbol de Copa.
Un primera para el Compos
No es el único equipo gallego que tendrá un desafío importante. El Compostela, se enfrentará al Alavés, equipo de Primera División. Aunque el reto es mayúsculo, el club santiagués ha demostrado en el pasado estar a la altura en este tipo de competiciones, donde las diferencias de categoría a menudo se reducen por la ilusión y la intensidad.
Rivales de altura para Pontevedra y Bergantiños
Por su parte, el Pontevedra se medirá al Levante, un rival histórico del fútbol profesional ahora en la segunda división, que exigirá al máximo al equipo granate si quiere seguir avanzando en el torneo. Otro de los equipos gallegos que se verá las caras con un adversario de mayor nivel es el Bergantiños, que se enfrentará al Marbella, en un choque que promete ser todo un desafió para los de Jorge Cuesta. En Carballo saben bien lo que es medirse a los grandes en el torneo copero.
El Ourense favorito a priori
El Ourense CF, que milita en Primera RFEF, ha tenido un poco más de suerte en el sorteo y se enfrentará al Guijuelo, equipo de Segunda RFEF. Aun así, no podrá confiarse, ya que los partidos de Copa suelen ser muy impredecibles, y el Guijuelo buscará aprovechar su oportunidad para sorprender.
Fácil para Racing y Celta
El Racing de Ferrol, un equipo de Segunda División, jugará contra el Cuarte aragonés, de la Tercera RFEF, en un duelo donde los ferrolanos parten como claros favoritos. Finalmente, el Celta de Vigo se enfrentará al San Pedro malagueño de la División de Honor que ha recibido la noticia como una bendición, al poder enfrentarse a uno de los históricos de la primera división.