El Deportivo Juvenil A se coloca primero en el grupo 1 de División de Honor tras vencer al Racing (1-2) y aprovechar el empate del Celta ante el Pontevedra.
Cuando nadie fallaba… el Celta tropezó
Hasta hace una semana, el liderato del grupo 1 de División de Honor parecía cosa del Celta. El Dépor venía de perder el derbi en Abegondo (1-2) y todo apuntaba a que los vigueses tenían la liga en su mano. Pero el fútbol tiene memoria corta, y el Pontevedra se encargó de recordárselo en el último minuto del descuento con un 2-2 que sacudió la parte alta de la tabla.
En A Coruña, el vestuario del Juvenil A tomó nota. Era el momento. Y no lo dejaron pasar.
Santander: territorio complicado, punto de inflexión
Mientras el Celta se lamentaba en Pasarón, el Dépor cogía carretera hacia Santander. Bajas, dudas, presión. No era el mejor contexto. Enfrente, un Racing que no regala nada y que todavía sueña con meterse arriba. Pero lo que parecía cuesta arriba, se convirtió en el escenario perfecto para un cambio de guion.
Los de Miguel Figueira salieron a morder. Al cuarto de hora, Héctor Areosa abría el marcador con sangre fría y precisión, tras una asistencia quirúrgica de Lucas Castro. El Racing empató rápido, con un gran gol de Andrés. Pero el Dépor no se vino abajo. A 20 del final, Lucas apareció de nuevo, esta vez para decidir.
De perseguidor a líder en siete días
El 1-2 final fue más que un resultado: fue un cambio de roles. En siete días, el Dépor ha pasado de mirar hacia arriba a mirar por el retrovisor. Un punto por encima del Celta, dos jornadas por delante, y la sensación de que el golpe anímico ha cambiado el ritmo del campeonato.
No fue un partido brillante, pero sí de carácter. Porque cuando las piernas pesan y la presión aprieta, lo que marca la diferencia es el equipo que no se esconde. Y en Santander, los blanquiazules jugaron como un líder antes de serlo.
Final de liga con la calculadora en la mano
Ahora sí, cada jornada será una final. El Dépor recibirá al Oviedo y cerrará en casa del Val Miñor. El Celta lo hará ante el Choco y el Covadonga. Cualquier resbalón puede costar la liga. Pero tras lo vivido este fin de semana, la sensación es clara: el Deportivo ha vuelto a ponerse el traje de favorito. Y no parece dispuesto a quitárselo.