El Racing de Ferrol sigue cojo. Los de Cristóbal Parralo mostraron en Riazor todas las carencias de una mesa que cojea por el flanco izquierdo del ataque y que también flojeó por el mismo flanco para defenderse del ataque coruñés. Encima los verdes, desgraciadamente, regresaron de la ciudad herculina «reforzando» la enfermería con la lesión muscular de Álvaro Giménez y dejando ingresado al bueno de Aitor Buñuel en un centro hospitalario con varias fracturas en el rostro.
El técnico del Deportivo Imanol Idiakez no dudó y fue capaz de sacrificar la bala más rápida de su equipo para contrarrestar la única banda por donde el Racing de Ferrol había llevado algo de peligro (poco) en las jornadas iniciales del campeonato liguero. Colocó a Mella como tapón en el flanco izquierdo de la zaga y el internacional sub 19 por España secó a un desdibujado Dorrío. Al veloz extremo coruñés le sobraron arrestos para profundizar en la ofensiva por su banda para combinar con otra de las perlas de Abegondo, un Peke que volvió loca a la zaga ferrolana y terminó por convertirse en el MVP del encuentro consiguiendo el gol de la victoria.
La mesa a la que se han debido sentar tanto Carlos Mouriz como Cristóbal Parralo para confeccionar cubiertos y mantelería, sigue con una pata coja y las otras tres de poca firmeza a juzgar por los resultados obtenidos hasta la fecha. Las sensaciones, de las que tanto suele hablar el técnico cordobés, tampoco son demasiado halagüeñas, así que toca esperar a los postres en el mercado del paro o de la inmigración.
Mientras tanto, para el próximo envite del Racing ante el Mirandés en A Malata, a falta de la aparición de algún conejo más en la chistera de Carlos Mouriz que palie las carencias, tocará seguir empujando con los disponibles, que serán (tocamos madera): 15 comensales de campo, 3 guardianes de la portería y como invitado el juvenil David Carballo.