Era un secreto a voces. Todos los fines de semana la misma historia desde la inhabilitación por un año de la ex entrenadora del Friol, Covi Regueira. El Friol salvó la primera bola poniendo a un técnico de paja, pero no tuvo reparos a seguir contando con los consejos de la entrenadora pese a la sanción y su presunta baja en la entidad.
En cuanto otro árbitro riguroso reflejó la realidad en un acta, al Friol le restaron tres puntos en la tabla, le aplicaron una sanción económica, y a la entrenadora le añadieron dos años más al que ya tenía para dejarla al margen de los banquillos.
Covi Regueiro vuelve a saltar la sanción
Se hizo pública la relación de sanciones de la pasada jornada en el grupo I de Tercera Federación femenina. Había expectación tras lo reseñado por Castro Gómez en el acta del Friol-Victoria de Santiago:
“En el minuto 82 del encuentro, una persona localizada en la grada, con sudadera azul, que logramos identificar como María Covadonga Regueiro Neira, se dirige a las jugadoras del equipo local, PM Friol, dando indicaciones de orden técnico. Este hecho se repite en varias ocasiones hasta la finalización del encuentro”.
El Friol contra el sistema
Una vez más, el Friol había transgredido lo ordenado en su día por el Juez Único de Competición, y fue convirtiendo un grano de arena en un desierto, que acabará pasando factura en la trayectoria de la entrenadora y la del club.
De hecho, literalmente, en el club lo viene haciendo periódicamente, teniendo como pico máximo lo ordenado en el escrito, pues deberá abonar a la RFEF la cantidad de 2.702 euros.
La actitud del Friol es absolutamente incomprensible. La transgresión periódica de las sanciones a Covi Regueiro generan un malestar generalizado en el seno de la competición y solo el no querer meterse en problemas directos entre clubs es lo que ha llevado a todos a no denunciar a los árbitros la presencia y participación de la entrenadora en las previas y durante los partidos.
Han sucedido circunstancias tan llamativas como que las jugadoras del equipo, tras el calentamiento previo a un partido, se retiraran al autobús, que no al vestuario visitante, a recibir la última charla. En el recinto también se encontraba la entrenadora, presuntamente desvinculada del club en esa faceta.
En otras ocasiones, era notoria su voz, dando órdenes a las jugadoras del equipo en momentos del juego; pero hasta el pasado sábado, bien por negligencia o por desconocimiento de la persona, ningún árbitro, ningún rival, había vuelto a tomar cartas en el asunto.
Ángel Buján, el entrenador de paja
Inicialmente, el Friol hizo caso omiso a las sanciones a Covi Regueiro hasta que los focos se orientaron hacia el club y, ante la permanente transgresión de los dictados sancionadores, decidieron driblar la situación desvinculando a la entrenadora del cargo, que no del club, pues parece ser que es miembro de la junta directiva, amén de desempeñar otras funciones domésticas en el mismo.
La obligatoriedad de disponer de un entrenador hizo que el club buscase rápidamente un carné, encontrándolo en la persona de Ángel Buján. El vecino decidió hacer un favor al club, siguió cuidando su ganado y, sin la pretensión de salir del establo, ni que se le esperase en A Reigosa, entregó de buen corazón su carné de entrenador habilitado para que el club del pueblo librase el percance de la mejor manera.
El nombre de Ángel Buján, ni se conocía en el mundo del fútbol femenino y, si me apuran, tal vez más allá del balompié de maduritos, ni en el del fútbol.
Friol, un incómodo verso suelto para el fútbol femenino
En estos momentos, el Friol va haciendo lo que considera, dando importancia relativa a las normas que son comunes para el resto de equipos. Es una situación incómoda para el fútbol femenino en un momento en el que es necesario que hechos como estos no entren dentro del panorama de noticias en los medios, pues dañan la imagen global.
Existe una necesidad de que el fútbol amplíe el número de entrenadoras y comportamientos como este no dan una buena imagen por tratarse de una titulada. Igualmente, se necesita la existencia de un mayor número de equipos exclusivamente femeninos, y tampoco es grato que uno como el Friol, que reúne esta condición, entre en una secuencia de comportamientos desaliñados, rayanos, o inmersos, en lo ilegal, o ajenos a los dictados de un Juez de Competición.
El fútbol exclusivamente femenino, sus dirigentes, las entrenadoras, no pueden tener reflejo en Friol, que es un verso suelto abocado a la desaparición o, cuando menos, al ostracismo por parte del resto.
Inhabilitación firme
El Friol había recurrido la inhabilitación de Covi Regueiro en su momento, pero como se cita en el acuerdo disciplinario, el TAD confirmó el pasado 29 de febrero lo sancionado por la RFEF. Esta circunstancia vuelve más grave el comportamiento del club y la entrenadora, pues lo convierte para el Juez en “circunstancia agravante de reincidencia”.
Tres años y tres puntos
El dictado del Juez Único vuelve a ser noticia porque es un hecho extraordinario que inhabiliten a una entrenadora durante tres años, el que tenía, más los dos causados por haber violado la sanción.
El club, igualmente, cae en un descrédito difícil de recuperar, lo mismo que la honorabilidad de sus responsables. A lo que se ve, como se sospechaba, la ruptura del vínculo entre la entrenadora y el Friol era mera ficción. La entrenadora seguía ejerciendo sus funciones, como se ve en la actitud y la connivencia de la entidad.
Como señala el Juez en el texto:
“El hecho de que la señora Regueiro impartiese indicaciones técnicas a las jugadoras de forma reiterada durante el partido, no puede ser considerado como ignorante y ajeno a dicha situación que se produce en seno de su organización, pues las propias jugadoras que recibían dichas indicaciones obviamente son conscientes de que una persona de su club, distinto al entrenador oficial, actúa investida del poder que el mismo -de facto- obviamente le tiene atribuido, por lo que se puede afirmar que el Club continua en su actitud de amparar y proteger esta actividad, situaciones por las que, insistimos, el P.M Friol no puede pretender mantenerse ignorante de lo que estuvo sucediendo durante todo el partido».
«Por el contrario, tampoco consta que el Club haya efectuado alegación alguna al respecto, ni que haya adoptado medidas que impidan que la señora Regueiro prosiga con su contumaz actitud infractora, en desprecio de la normativa y decisiones federativas, confirmadas por el TAD, situación que motiva el que, si ya fue sancionado en la misma resolución antes referida, por vez primera, por la comisión de una infracción leve habiéndosele impuesto multa de 301 euros por incumplir el acuerdo de este Órgano disciplinario al permitir y amparar la actitud de su entrenadora, sin adoptar medidas adecuadas para que tal situación no se repitiera, aun habiendo reseñada en aquella resolución la advertencia de que podrían producirse hechos de mayor gravedad, sin duda, aquí nuevamente acontecen”.
Por ello, el club recibe una sanción de tres puntos restados y una multa económica de 1.202 euros, más otra accesoria de 1.500 euros.
Dificultades para fichar técnicos, o técnicas, y jugadoras
Lo cierto es que el Friol está en una compleja tesitura. Desde hace varias temporadas tiene dificultades para fichar entrenadores, o entrenadoras, gallegas, lo mismo que jugadoras. El club ha solventado el primer problema con Covi Regueiro. Asumió deseosamente el cargo desde los últimos meses de la temporada 2020/21. En esa campaña ya habían salido Abraham García (14/12/2020) y, tras la interinidad en el cargo del presidente, Geluco Villar, Luis Martín (19/04/2021). Cuando ficharon, no se imaginaban que lo hacían para estar en el banco más complicado del fútbol femenino gallego.
El segundo problema lo resolvieron con agentes, alguno de dudosa credencial profesional. Así ha tenido que ser por las dificultades de convencer a futbolistas de proximidad.
El mejor ejemplo son las cifras de esta temporada. De las 24 que ha empleado el cuadro amarillo, 20 son de fuera de Galicia y de las 20, más de la mitad de fuera de España. El Friol, lo que ha estado pasando allí en estos años, ha hecho que las futbolistas gallegas o bercianas, que otrora ocuparan las plantillas del club, ya no vayan.
¿Será este el fin de esta historia, o el reto del Friol a las normas tendrá un desafío mayor?
El Friol sigue en su huida hacia adelante, engullido por el nuevo fútbol femenino, al que apoyó sabiendo su negro futuro por seguir al lado del poder en el Congreso de San Sebastián. Seguirá mientras las subvenciones se lo permitan, pero las futbolistas tienen otro estatuto. Ya no quieren paternalismo, sino condiciones dignas para competir, aunque sea en Tercera.
Además, el club tiene escasas condiciones para formar equipos de base y adecuarse a las normativas para competir en el fútbol estatal. Por eso, en la precariedad numérica, intentan combinar fechas y horarios cada fin de semana para que algunas de las que juegan en el primer equipo puedan ir con el B al siguiente y que las correspondientes del B puedan hacerlo también con el cadete cuando proceda, incluso solicitando aplazamiento de partido. Algún competidor ya se ha cansado de esta historia también.
El Friol sigue compitiendo también por la generosidad de los demás, a los que no trata de la misma manera cuando se salta las normas que son para todos. Su guerra oculta contra la RFEF, contra las sanciones que le imponen, ¿tendrá su fin aquí o planteará un desafío mayor?