Los celestes rozaron la gesta ante un Madrid que acabó pidiendo la hora. Aspas revolucionó el tramo final y Swedberg metió el miedo en el cuerpo a los blancos, que aguantaron por centímetros.
Un inicio valiente que no obtuvo premio
El Celta salió al Santiago Bernabéu sin complejos. Ya desde el primer minuto, el equipo de Claudio Giráldez mostró personalidad, intensidad y ganas de proponer. Marcos Alonso tuvo la primera clara y Borja Iglesias estuvo cerca de plantarse solo ante Courtois, pero faltó precisión en los metros finales. Fue un inicio eléctrico, de tú a tú, que sorprendió al público local y dejó claro que el conjunto vigués no venía de paseo.
Golpe blanco en los momentos clave
Cuando mejor estaba el Celta, llegó el mazazo. Arda Güler, en una acción individual por la derecha, colocó un zurdazo imposible al palo largo y abrió la cuenta para los de Ancelotti. Sin tiempo para asimilar el golpe, Mbappé firmó el segundo en una contra fulminante tras una intervención salvadora de Courtois. En la reanudación, el propio Mbappé puso el 3-0 y el partido pareció sentenciado.
Orgullo celeste: reacción con carácter
Lejos de venirse abajo, el Celta volvió al partido con una reacción de equipo grande. Primero Javi Rodríguez cazó un balón suelto en el área para recortar distancias. Luego, con la entrada de Iago Aspas, el partido cambió de rumbo. El de Moaña puso pausa, ritmo y magia. De sus botas nació el segundo gol, obra de Swedberg, y a punto estuvo de asistir a Durán para el empate con un taconazo de fantasía.
Aspas y la ocasión que pudo cambiar la Liga
El 3-2 encendió las alarmas en el Bernabéu. El Madrid se descompuso y solo el crono jugó a su favor. Aspas rozó el 3-3 con un disparo seco desde la frontal que se fue por centímetros. Jacobo Ramón y compañía temblaban en defensa, mientras la grada enmudecía. El Celta tenía al Madrid contra las cuerdas.
Sensaciones positivas de cara al futuro
Pese a la derrota, el Celta sale reforzado de Madrid. Plantó cara, dominó durante tramos clave y obligó al líder a resistir con uñas y dientes. La entrada de jóvenes como Swedberg o Javi Rodríguez, junto al liderazgo incombustible de Aspas, deja señales muy positivas para el tramo final del campeonato.
