⚡️¡Locura en Butarque! El Dépor resucita en el último suspiro y amarga al Leganés (2-2)🔥

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El Deportivo rascó un punto en Butarque | RC Deportivo

Un arranque de pesadilla para los gallegos

El partido no pudo empezar peor para el Deportivo: ¡12 segundos y ya iban por detrás! Miguel aprovechó un balón suelto para desatar la locura en Butarque y dejar helada a la afición blanquiazul. El golpe fue tan duro que el equipo coruñés tardó minutos en sacudirse el miedo, mientras el Leganés se crecía con la grada encendida.

Duk castiga y el Dépor se tambalea

El segundo mazazo no tardó en llegar. Duk, que parecía imparable, cazó un rechace en el área y fusiló a Germán. Con el 2-0, el Deportivo rozaba el naufragio: imprecisos atrás, sin chispa en ataque y con la sensación de que podían encajar otro en cualquier momento. Solo Soriano, el meta pepinero, evitaba que el marcador fuese todavía más amplio.

Mulattieri prende la mecha 💥

Tras el descanso, Antonio Hidalgo movió ficha y la reacción llegó. Mulattieri, con instinto de goleador, empujó a la red un centro medido para meter de nuevo al Dépor en el partido. Ese tanto fue oxígeno puro: el equipo empezó a creer, a correr y a empujar contra un Leganés que perdió el control del choque.

Yeremay, el héroe desde los once metros ⚽️

Cuando Butarque ya soñaba con su primera victoria, apareció Yeremay para poner un centro sobre Mulatieri en el 84 , el italiano sufre un agarrón dentro del área que el colegiado no dudó en sañalar como penalti. El canario, que había sido el más desequilibrante de los suyos, asumió la responsabilidad del penalti. Frialdad total: engañó a Soriano y silenció el estadio con un gol que supo a triunfo. El Dépor pasó de la condena a la gloria en apenas veinte minutos.

Un punto con sabor a victoria

El 2-2 final dejó caras largas en el Leganés, que lo tenía todo de cara, y un Deportivo que celebró el empate como si fuese oro. Tercer empate seguido, sí, pero este con un sabor especial: de la humillación al orgullo. La Segunda promete emociones fuertes… y el Dépor demostró que no se rinde jamás.

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