
Futbolista excepcional en el quinto nivel del fútbol, campeón de Europa con la Irmandiña aficionada, Álex Rey ha vivido en la actual Copa R.F.E.F. – Galicia, un par de liderazgos absolutamente dispares. Fue el máximo goleador de la competición y el amo del “foul play” (antónimo de “fair play”).
Único, entre 19, con dos goles
Álex llegó al Coruxo en el pasado mercado de invierno desde el desestructurado vecino, Rápido de Bouzas. El extremo, sin asentarse de manera clara como titular de los verdes, sumó quince partidos jugados, con siete presencias en el once inicial de manera discontinua, ningún gol y dos amarillas en 762 minutos. Fue el coste de haber subido un escalón en la pirámide de las categorías.
David de Dios confió en él para la plantilla de la actual temporada y le concedió la titularidad en los tres primeros partidos de la heterodoxa fase autonómica de la Copa RFEF.
Jugó los primeros 73 minutos del triunfo coruxista ante el Gran Peña en Coia. Se marchó con la eliminatoria casi encarrilada por el gol de Roberto, pero antes de abandonar el césped dejó su señal en el apartado disciplinario. Martínez Fernández le mostró la amarilla en el minuto 56.
Seis días después, en el Municipal de Vilaxoán, su acierto, en el minuto 51, sentenció el partido contra el Arosa en cuartos de final. Seis minutos antes de abandonar el campo, para que lo reemplazase Hugo Rodríguez, García López-Arias le mostró la segunda amarilla en la competición.
El Coruxo superó las semifinales con suspense. Casi al final, vio como el Barbadás le igualaba el partido en Os Carrís. Consumado especialista desde los once metros, Álex había anotado la pena máxima que adelantaba a los de O Vao, pero había sido sustituido en el minuto 59 por Juan Serrano, y no podía estar para participar de la tanda de desempate. Sin embargo, su nombre volvía a aparecer en el apartado disciplinario. Cardoso Rodríguez, en el minuto 44, le había mostrado la primera cartulina del partido, que era su tercera en la competición.
Pese a sus tres titularidades anteriores y ser el máximo goleador del torneo, David de Dios optó por no alinear a Álex entre los titulares del partido ante el Lugo, jugado en Monforte. Con la final agonizando, y con ello la posibilidad de perder la posibilidad de entrar en la fase estatal, trampolín último para la Copa de España, David de Dios quiso ver en él una solución para equilibrar el gol de Cabo, que daba el título a los lucenses.
Álex se incorporó al juego en el minuto 85. No anotó, pero en una de sus contadas intervenciones, forzó una entrada al área frente a Marcos Sánchez en la que acabó por los suelos. Era la prolongación y Estévez Blanco tampoco lo perdonó. Le mostró la cuarta amarilla al interpretar que quiso engañarlo simulando un penalti.
Cuatro amarillas coperas sin sanción
Álex concluyó la fase autonómica de la Copa R.F.E.F. como líder en la tabla de goleadores (dos dianas, por encima de 18 jugadores que solo lograron uno), pero también como primero en el “foul play”, al recibir una media de amarilla por encuentro: cuatro tarjetas en cuatro partidos. Pese a ello, a diferencia del cupo acumulativo que suele haber en competiciones coperas, no fue sancionado ni tras la cuarta de la final.