Hay una cosa clara: todos queremos lo mejor para el Racing. Incluso para Ferrol.
Una vez la afición ha demostrado, con su presencia en el partido del Rayo su incondicionalidad, y la directiva ha certificado su postura, creo que es hora de aparcar esa batalla, al menos unos días y centrarnos en la guerra.
El sábado viene a visitarnos una ciudad con la que Ferrol posee vínculos enraizados en el tiempo. Y es que muchos habréis escuchado el término “ciudad departamental”.
Dicho término se remonta a tiempos de Carlos III, cuando en 1723 se promulgó la Ordenanza de Arsenales y se ordenó la creación de los Departamentos Marítimos del Norte (Ferrol), Mediodía (Cádiz) y Levante (Cartagena). Más de tres siglos después, ambos arsenales siguen existiendo y Ferrol, poco a poco, sigue intentando remontar.
Y remontar pasa, inexpugnablemente, por emular al general romano Escipión el Africano cuando logró derrotar al temible Aníbal en la Segunda Guerra Púnica y que a la postre iniciaría la caída de Cartago.
Llegan las igualmente heridas tropas cartaginesas a Ferrol, donde les aguardamos parapetados tras la línea entre los castillos de San Felipe y la Palma.
Y hay once elegidos para, liderados por los generales Parralo y Manjarín, portar el estandarte de la ciudad y defender nuestros colores.
¿Qué no son los mejores? Seguro. Pero son los nuestros. ¡Vamos a morir juntos!
Tiempo ha habido, y habrá, para ulteriores análisis, peticiones, lamentos, quejas y “tenía yo razón”. Desde hoy hasta el sábado por la tarde solo queda una: insuflar a estos soldados todo el ánimo, el coraje, la rabia, la confianza y las ganas de revancha posible.Necesitamos ganar esta batalla juntos. Hacedlo por nosotros, con nosotros, o incluso en contra de nosotros. Pero hacedlo.
Y una vez librada, y quiera San Julián que vencida, que nada nos desvíe del camino. Habremos conseguido, en definitiva, mantener el fuerte en pie, y al ejército con vida.
Ahora más que nunca, pensad en lo que sentís cuando viendo a vuestro equipo dejarse la piel cantáis “Esto es Ferrol”. Sabéis a lo que me refiero. Ferrol es lucha, es supervivencia, es tenerlo todo en contra. Es resiliencia, amor propio y hacerse grandes entre todos.
Que los once que salten a defendernos sientan que son los mejores. Y que, enterrada la espada en el campo de batalla, miren al horizonte y sonrían, “Esto es Ferrol”.