El entrenador coruñés pide ambición máxima y deja claro su compromiso con el proyecto
A falta de una renovación oficial, Óscar Gilsanz ha sido claro: quiere continuar en el banquillo del Deportivo. En la previa del choque contra el Cádiz, el técnico dejó un mensaje con doble filo. Por un lado, reafirma su implicación total con el club; por otro, lanza la pelota a la dirección deportiva.
Riazor, a la espera: Gilsanz quiere seguir, pero aún no hay acuerdo
Gilsanz, uno de los grandes artífices de la transformación del Dépor esta temporada, ha puesto su futuro en manos del club. “No tengo dudas de que quiero seguir. Hemos sido campeones con el Juvenil, con el Fabril… y ahora el objetivo es volver a Primera”, afirmó ante los medios.
El entrenador gallego ha demostrado estar alineado con el ambicioso plan del club, pero también fue tajante: «El resto ya no depende de mí.» Un mensaje claro dirigido a los despachos de Riazor.
Subir o nada: el Dépor acelera con Gilsanz al frente
El técnico no se anda con rodeos. «Aquí nadie se puede relajar. Venimos desde abajo y sabemos que no basta con los puntos que tenemos. Queremos más», insistió. Desde que el equipo coqueteó con el descenso en la jornada 12, el rumbo ha cambiado drásticamente.
Su mensaje va más allá de los resultados inmediatos: «No se trata solo de ganar el siguiente partido, se trata de no frenar, de ir a por todas hasta el final». La idea es clara: mantener el ritmo, competir con ambición y no perder de vista el ascenso.
El mensaje de Gilsanz cala en la afición: compromiso, exigencia y hambre de más
El discurso de Gilsanz ha calado entre los seguidores. No solo por lo que dice, sino por lo que representa: un entrenador de la casa, comprometido, ambicioso y con una hoja de servicios que avala su candidatura para seguir.
Con el Cádiz como próximo rival y el play-off en el horizonte, el Deportivo necesita puntos… y también estabilidad en su banquillo.
