«Siete años del Grupo Élite: el Racing de Ferrol sigue sin campo donde entrenarse en plena lucha por la permanencia»

Manel Díaz
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El Racing de Ferrol atraviesa una situación crítica en su lucha por la permanencia en la Segunda División, agravada por la falta de instalaciones adecuadas para sus entrenamientos. El deterioro del campo de A Gándara ha obligado al equipo a desplazarse a diferentes instalaciones en la comarca de Ferrolterra, como el artificial de O Pote en Fene y otras temporadas en Rio Seco- Narón.

Esta constante itinerancia no solo afecta la logística del equipo, sino que también influye negativamente en el rendimiento y la moral de los jugadores. A esto se suma una circunstancia llamativa e impropia de un club de fútbol profesional: los jugadores se ven obligados a desplazarse en sus propios coches a los diferentes campos de entrenamiento, lo que evidencia aún más la precariedad de la situación.

El entrenador Alejandro Menéndez ha expresado su preocupación por el estado de los campos de entrenamiento, calificando la situación de «caballo de batalla» y señalando que, aunque no es partidario de buscar excusas, las condiciones actuales no son las ideales para preparar al equipo en una categoría tan exigente como la Segunda División. Además, el propio director general del club, Carlos Mouriz, ha destacado que, en términos de instalaciones, el Racing está «muy lejos del fútbol profesional», subrayando la urgencia de contar con una ciudad deportiva propia.

Siete años del Grupo Élite y sin campo de entrenamiento

El Racing de Ferrol ha experimentado un crecimiento deportivo extraordinario en los últimos años. Desde que el Grupo Élite asumió la gestión del club en 2017, la entidad pasó de militar en Tercera División a competir en la Liga Hypermotion por segunda temporada consecutiva. Un éxito deportivo indiscutible que, sin embargo, contrasta con la falta de evolución en las infraestructuras del equipo.

El ascenso desde Tercera hasta Segunda División no ha ido acompañado de una mejora en los medios con los que trabajan cuerpo técnico y jugadores. Durante estos siete años de gestión, la directiva ha sido consciente de la precariedad de los entrenamientos y de la necesidad de una ciudad deportiva, pero el problema no solo sigue sin resolverse, sino que ahora, con el equipo en el fútbol profesional, se ha convertido en una situación insostenible. El director general Carlos Mouriz anunció que el equipo tendrá al menos un campo propio donde entrenar para el inicio de la próxima pretemporada. ¿No ha sido eso posible durante los últimos siete años?.

La ausencia de una solución definitiva genera dudas sobre la planificación del club a nivel estructural. ¿Cómo es posible que en siete años de gestión no se haya ejecutado un proyecto viable para dotar al equipo de unas instalaciones adecuadas? Este hecho es a día de hoy una anomalía que pone en riesgo la competitividad del equipo.

El Grupo Élite, que ahora se muestra molesto por la falta de apoyo institucional y por las críticas a la ubicación de la futura ciudad deportiva, debería asumir su parte de responsabilidad. Su inversión ha permitido el crecimiento del equipo en lo deportivo, pero en lo estructural, el Racing sigue anclado en el pasado. Los problemas de entrenamiento que hoy se sufren no han surgido de la noche a la mañana. Si la intención era dotar al club de una ciudad deportiva, ¿por qué no ha sido posible tan siquiera un campo propio?. ¿Por qué no se impulsó su construcción antes de que el equipo llegara a la Liga Hypermotion y se encontrara en una situación límite?. 100 x 70 , un vallado y a correr. Al menos en campo propio.

Ahora, con la incertidumbre sobre la ubicación de la ciudad deportiva y la tensión con el Concello de Ferrol, el Racing se enfrenta a una crisis extradeportiva en el peor momento posible. En plena lucha por la permanencia, sin campo de entrenamiento fijo y con el agua al cuello, el club necesita una solución inmediata.

El Racing de Ferrol no puede seguir funcionando como un equipo amateur mientras compite en el fútbol profesional. La afición y el proyecto deportivo se merecen una gestión que esté a la altura del crecimiento del equipo.

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