El Racing de Ferrol dio un golpe en la mesa y se llevó una victoria de oro frente al Sporting de Gijón en El Molinón, en un partido que quedará grabado en la memoria de los aficionados verdes.
Con un aprovechamiento quirúrgico de los errores rivales, los ferrolanos se impusieron por 1-3, firmando una actuación que revitaliza sus aspiraciones de conseguir la permanencia en LaLiga Hypermotion.

Un primer tiempo de manual y eficacia
El Sporting salió lanzado y acorraló a los verdes en su área. Los de Rubén Albes dispusieron de diez minutos en los que bien pudieron haberse adelantado en el marcador, pero desde el inicio, el Racing dejó claras sus intenciones: mantenerse compacto y buscar la oportunidad de gol. La estrategia dio frutos al minuto 15, cuando un disparo de Nacho González terminó en las redes tras un error clamoroso de Christian Joel, el portero gijonés. El gol, no exento de polémica, fue revisado durante cinco interminables minutos en el VAR, pero finalmente subió al marcador, desatando la alegría visitante y la incertidumbre local.
El equipo de Cristóbal Parralo aprovechó el desconcierto del Sporting y, tan solo diez minutos después, interpretó el segundo tanto en un contragolpe letal culminado por Dorrio. La precisión en los pases y la rapidez de ejecución fueron demasiado para una defensa local que mostró grietas preocupantes. A pesar del intento de reacción del Sporting, que recortó distancias gracias a Olaetxea tras una jugada colectiva, el Racing respondió con contundencia antes del descanso. Aitor Buñuel cerró la primera mitad con el tercer gol, tras una combinación que dejó en evidencia al centro del campo y la zaga gijonesa.

Gestión y resistencia en la segunda mitad
Con el marcador a favor, el Racing optó por un enfoque más conservador en el segundo tiempo, cediendo el control del balón al Sporting pero cerrando su área con una defensa férrea. El conjunto ferrolano demostró una gran capacidad para resistir los embates locales, que carecieron de claridad en los últimos metros. Nacho Martín tuvo la oportunidad de recortar distancias con un remate a bocajarro, pero apareció u un inconmesurable Jesús Ruiz que respondió con una intervención espectacular.
A medida que avanzaban los minutos, los ferrolanos aprovechaban cada interrupción para enfriar el ritmo del encuentro, desesperando a un Sporting que no encontró la fórmula para revertir la situación. Incluso con la entrada de Caicedo y Queipo, los locales se toparon una y otra vez con una defensa bien organizada, liderada por un imponente Naldo, muy bien acompañado por Puric y David Castro desde el lateral izquierdo, el capitán racinguista cuajó una gran actuación hasta que fue sustituido. Ya en el tramo final volvió a quedarse el Sporting a punto de recortar diferencias por dos veces. Primero en una gran jugada de Campuzano, que combinó con Nacho Martín, y después tras una internada de Queipo. En las dos llegó tarde a empujar la pelota.

Un triunfo que sabe a gloria
El pitido final desató la euforia en la expedición ferrolana. Este triunfo en El Molinón no solo rompe la mala racha, tras el varapalo que supuso para los ferrolanos la última derrota por 1-5 ante el Oviedo en A Malata, sino que refuerza la idea de los responsables del club de mantener a su entrenador Cristóbal Parralo en el puesto a pesar de los malos resultados.