Míchel Alonso, un ejemplo de honradez al dejar el banquillo del Compostela

Manel Díaz
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En un gesto que define la integridad y el compromiso hacia su equipo, Míchel Alonso presentó su dimisión como entrenador del Compostela, dejando una lección de honradez en el mundo del fútbol.

Tras reconocer abiertamente no estar atravesando un buen momento, y sin buscar excusas por los recientes resultados adversos, Alonso ha tomado la decisión de dar un paso al lado.

La rueda de prensa posterior al último partido reflejó el duro golpe que supuso para Alonso el gol de Luis Sánchez en el tramo final, un momento que él mismo describió como un «golpe de realidad». Este acto de sinceridad poco común en el ámbito deportivo no solo demuestra su carácter ético sino también su respeto por el Compostela, poniendo los intereses del club por encima de los personales. La directiva del club, sorprendida por la decisión de Alonso, ha aceptado su dimisión, mostrando respeto y comprensión ante su honestidad y valentía.

La honradez de Míchel Alonso al dimitir marca un antes y un después en la historia reciente del Compostela, dejando un legado de integridad que, sin duda, será recordado.

Ahora, con Antón Permuy al frente, el equipo busca un nuevo comienzo, manteniendo la esperanza de que el cambio pueda traer consigo los resultados esperados y devolver al Compostela a un camino de éxito.

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