El RC Celta ha perdido 1-2 ante el Athletic Club en su peor día como locales desde que Claudio Giráldez está en el banquillo.
Con la cabeza pensando en lo sucedió ante el Real Madrid y con muchas rotaciones en el once, el Celta no estuvo a la altura del partido. El cuadro dirigido por Claudio Giráldez se vio irreconocible, perdiendo su identidad y valentía en el juego. Los celestes no fueron capaces de generar peligro en un ataque que pasó demasiado desapercibido.
Con este resultado, el Celta se sitúa en media tabla, con una distancia de +5 puntos sobre el descenso y a otros 4 puntos de la séptima plaza. En una Liga tan apretada, su próximo duelo a domicilio ante el Alavés se presupone vital para poner tierra de por medio con sus perseguidores.
Balaídos estalló contra los árbitros
El encuentro arrancó con una sonora pitada hacia el colectivo arbitral. Balaídos clamó contra el atropello sufrido el pasado jueves en el Santiago Bernabéu a grito de “Corrupción en la Federación”. Una protesta que se alargó hasta el minuto 5 de partido, a partir del cual la grada retomó sus cánticos habituales.
En cuánto a fútbol, el Athletic llevó el peso del partido en el primer tiempo. Los del txingurri Valverde tuvieron mucho protagonismo con balón en campo contrario, pero no fueron capaces de generar ocasiones con regularidad. Aún así, gozaron de las oportunidades más claras, siendo la mejor un zapatazo de Unai Gómez, al que respondió Vicente Guaita con un paradón a una mano.
Mientras tanto, el Celta seguía con la cabeza dando vueltas a lo sucedido en Madrid. Los pupilos de Claudio Giráldez cuajaron un partido para el olvido, con muchas imprecisiones en pases y controles, además de un inofensivo fútbol de ataque. El único acercamiento de los celestes llegó en un disparo cruzado de Pablo Durán, uno de los que más empeño le puso al partido.
Berenguer y Vivian desatascan el partido para el Athletic
Visto el despropósito de algunos jugadores en el primer tiempo, Claudio Giráldez tomó cartas en el asunto en el descanso. El técnico del Celta desmontó toda la banda izquierda, dejando a Cervi y Swedberg en los vestuarios para dar entrada a Mingueza y Hugo Álvarez. Con ellos, el conjunto vigués salió con otra cara, más activo y buscando hacer daño al equipo rival. Sin embargo, se quedó en un espejismo.
Al Athletic apenas le costó recuperar la batuta del partido. Con ello empezaron a asomar sobre la portería defendida por Vicente Guaita con disparos de Berenguer e Iñaki Williams. Dos futbolistas que conectarían pasado el cuarto de hora del segundo tiempo para desequilibrar así la balanza. El mayor de los Williams puso un centro raso desde la derecha y Berenguer remató a gol llegando en carrera y ganándole la partida a Yoel Lago, que no pudo evitar el tanto.
Volvió a agitar el árbol Claudio Giráldez con los cambios. Entre ellos un Ilaix Moriba que se llevó la primera amonestación del partido antes de salir al terreno de juego por una supuesta protesta a una decisión del colegiado. Aún así, el momentum del partido favoreció al Athletic, que amplió su ventaja por medio de Dani Vivian. El central cazó un balón muerto en el interior del área para mandarlo al fondo de la red con una semi tijera.
Hugo Álvarez mantiene la esperanza
El partido estaba prácticamente sentenciado. No por el resultado, sino más bien por los ánimos que transmitía cada equipo sobre el verde. Sin embargo, Hugo Álvarez consiguió mantener vivas las esperanzas de rescatar algo positivo con un gol a falta de 15 minutos para el final. El ourensano aprovechó un resbalón de Boiro en el área y no falló en el mano a mano ante Unai Simón.
En ese tramo final de partido, el Celta dominó, pero no fue capaz de generar peligro de otra forma que no fuese un centro. Finalmente, el resultado se mantuvo, suponiendo la tercera derrota de los vigueses en Balaídos en lo que va de campaña. Pero eso no fue todo, ya que con el tiempo cumplido, Mingueza vio la tarjeta roja por decirle al árbitro: “Ha habido cuatro faltas y a mí no me pitas ni una, es increíble.Tú eres un chulo”. Grave error del catalán, que debió medir mejor sus palabras. Ahora podría ser sancionado con 2 partidos (Alavés y Valencia).