En un despliegue de humor y fidelidad inquebrantable, la peña Dando Guerra, seguidora del Real Valladolid, se ha convertido en el centro de atención en las redes sociales después de un gesto humorístico que resonó más allá de las fronteras del deporte.
Durante el encuentro que enfrentó al Real Valladolid contra el Racing de Ferrol en el Estadio de A Malata, una lona con el famoso carnet falso de McLovin, el personaje de la película «Supersalidos» (2007), fue desplegada en la grada visitante, capturando la imaginación de aficionados alrededor del mundo.
La pancarta apareció en pantalla varias veces a lo largo de la transmisión televisiva, especialmente durante los lanzamientos de córner, llamando la atención no solo por su tamaño sino por el ingenio detrás de ella. El carnet de McLovin, perteneciente a un personaje interpretado por Christopher Mintz-Plasse, tiene un lugar especial en el corazón de los aficionados al cine de comedia, convirtiendo esta pancarta en un fenómeno viral instantáneo.
La elección de este icono cinematográfico no fue al azar; el «cumpleaños» de McLovin, según la fecha de nacimiento ficticia en su identificación, habría sido apenas unos días antes del partido, añadiendo una capa adicional de relevancia y humor al gesto. Este acto no solo refleja el amor y el apoyo incondicional hacia el Real Valladolid por parte de su afición, incluso en momentos de derrota, sino que también subraya cómo el deporte y la cultura popular pueden fusionarse para crear momentos memorables.
La iniciativa de la peña Dando Guerra ha sido aclamada por su originalidad y sentido del humor, demostrando que, más allá de los resultados en el campo, el fútbol es también una fuente de alegría, unidad y expresiones creativas de apoyo. Este evento puntual se ha convertido en una anécdota destacada en la temporada, recordando a todos que la pasión por el fútbol trasciende el marcador y se arraiga en el corazón de sus seguidores.
La historia de la pancarta de McLovin seguirá siendo recordada como un ejemplo brillante de cómo los aficionados pueden influir en el ánimo y la atmósfera de un partido, no solo dentro del estadio, sino también en la esfera digital global, donde el gesto ha sido celebrado y compartido por miles de personas.